El Telégrafo
Ecuador / Viernes, 22 de Agosto de 2025

La Fórmula 1 despide a Bianchi

Nueve meses en coma

La élite de la Fórmula 1, entre ellos Lewis Hamilton y Alain Prost, dijo adiós ayer en Niza a Jules Bianchi, el joven francés que murió en la noche del viernes, tras pasar 9 meses en coma después de su accidente en el Gran Premio de Japón.  

Bianchi, gran esperanza del automovilismo mundial, hubiera cumplido 26 años el 3 de agosto, y habría sido parte del prestigioso equipo italiano Ferrari. Pero este gran futuro se vio truncado por el accidente en octubre de 2014 en el circuito de Suzuka.

Su funeral tuvo lugar en Niza, su ciudad natal, en donde falleció. Con la presencia de numerosos pilotos de todas las edades, incluyendo a  sus compañeros en las dos temporadas que compitió en la Fórmula 1 en el seno de la escudería Marussia.

Al finalizar la ceremonia, el féretro salió de la catedral Sainte-Réparate acompañado por el alemán Sebastian Vettel (de quien podría haber sido compañero en Ferrari) y otros pilotos, como Romain Grosjean o el brasileño Felipe Massa. Dos grandes retratos del joven piloto francés adornaban la fachada de la catedral.

Todos los pilotos desfilaron ante el ataúd sobre el que se encontraba el casco de Bianchi. Las leyendas galas Alain Prost u Olivier Panis, las estrellas de Mercedes, Hamilton y el alemán Nico Rosberg, y jóvenes corredores que sueñan con llegar a la Fórmula 1, como hizo Jules (Bianchi), como Adrien Tambay y Norman Nato.  

Una hora antes, el ataúd entraba en la catedral en hombros de estos jóvenes pilotos, sus “hermanos de carrera”, según el sacerdote Sylvain Brison, quien ofició la misa.    

Solo la familia y sus allegados entraron en el edificio para una ceremonia íntima. Sobre la explanada adyacente, un centenar de personas se acercó a rendir tributo a Bianchi, primer piloto de Fórmula 1 que muere en competición desde el fallecimiento del brasileño Ayrton Senna, triple campeón mundial, en mayo de 1994.  

Toda la multitud se emocionó y aplaudió lentamente cuando, al paso del ataúd, una guitarra acústica lanzaba las notas de ‘Hotel California’, el éxito del grupo musical Eagles. “Adiós joven”, gritó una mujer mostrando sus condolencias.   

El alcalde de Niza, Christian Estrosi; el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Jean Todt; y el secretario de Estado de Deportes, Thierry Braillard, estuvieron en la ceremonia.  

“La muerte de Jules (Bianchi) es profundamente injusta”, dijo el sacerdote. “Él fue feliz, porque su sueño se hizo realidad. Las carreras de coche eran su vida, su vocación. Era un campeón dotado de un talento fuera de lo común, pero también un joven con una extraordinaria humildad”.  

“Jules nunca subió al podio en la Fórmula 1, por lo que les pido que aplaudan ahora”, exhortó el prelado al final de la ceremonia ante una emocionada multitud.  

Bajo todas las miradas, el número 17, un número que nadie llevará jamás en la Fórmula 1, como decidió la FIA el lunes pasado, en homenaje al joven Jules Bianchi. El anuncio de esta decisión la hizo Todt, presidente de la FIA.   

La carrera deportiva de Bianchi  finalizó con 34 carreras completadas, en las dos temporadas en las que compitió en la Fórmula 1.

Su actuación más recordada fue en el Gran Premio de Mónaco de 2014, con una novena plaza conseguida a pesar de haber salido al final de la parrilla, en un circuito en el que es muy difícil adelantar.

Esta novena posición sigue siendo el mejor resultado de la escudería británica Marussia, rebautizada Manor Marussia desde la temporada 2015.  

Nieto del piloto de F3 Mauro y sobrino nieto del piloto de F1 Lucien, que murió en 1969 en el 24 Horas de Le Mans, la carrera de Jules Bianchi terminó el pasado octubre en la 42ª vuelta del Gran Premio de Japón. Perdió el control de su vehículo bajo la lluvia en la curva 7, la Dunlop, y se empotró contra la máquina con la que se evacuaba el Sauber del alemán Adrian Sutil, quien se había salido de la pista en la vuelta anterior.

Este accidente provocó una fuerte polémica, sobre todo por la intervención de esta máquina sin que se hubiera neutralizado previamente la carrera. De hecho, el coche de seguridad no entró en la pista hasta la vuelta número 44, después del accidente de Bianchi. (I)