Arqueólogos mexicanos terminaron de desenterrar una vasija efigie de unos 1.200 años de antigüedad y que podría revelar la identidad de un individuo sepultado en un complejo cercano a las ruinas de la metrópoli zapoteca de Monte Albán, ubicada en el Estado de Oaxaca (sureste de México). “La excepcional vasija efigie, hallada hace unos meses dentro de un templo funerario de la zona arqueológica de Atzompa-Oaxaca, ha sido liberada en su totalidad (...) y su rica iconografía podría indicar el nombre de uno de los personajes enterrados”, expresó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La pieza que tiene intactos “sus colores rojo, ocre y verde de tono grisáceo, muestra a lo largo de su cuerpo -realizado con maestría- una serie de atributos que lo vinculan a un individuo de alto rango de la antigua urbe de Atzompa, que se localiza sobre el Cerro del Bonete y fue uno de los núcleos de la antigua metrópoli de Monte Albán”, prosiguió el escrito. Las primeras deducciones de los arqueólogos es que se trata de una pieza enterrada para representar a uno de los personajes sepultados, conocido como ‘8 Temblor’. La vasija efigie tiene una vestimenta tallada y pintada compuesta por una capa de plumas, un collar de borlas, orejeras con incrustaciones y un ceñidor. “Es justamente en el ceñidor -destacó el INAH- donde se encuentran distribuidos una serie de elementos iconográficos que hacen referencia al nombre de la persona representada en la vasija efigie”, como ‘Temblor 8’. En el interior de la Cámara 3 del templo mortuorio (edificado entre el 750 y el año 900 de nuestra era), además de dicha vasija efigie se halló otra de menores dimensiones de color rojo con la representación de una diosa; también los restos óseos de dos individuos, uno de los cuales es probable que sea el mismo representado en la vasija. Otro elemento destacado de la pieza es su tocado (de 34 cm de altura), en el cual está representado un reptil rodeado de plumas y con las fauces abiertas. Para la cultura zapoteca, esta especie de serpiente emplumada o monstruo de la tierra era un animal mítico, muy poderoso, que tenía injerencia tanto en el ámbito celeste como en el terrestre y, por lo tanto, solía vincularse con personajes de alto estatus político. Una vez que se restaure la pieza, esta podría alcanzar los 80 cm de altura, afirmó el INAH.