‘Palomita errante’ es un pasacalle que ha sido interpretado por varias voces ecuatorianas, con variantes que se inclinan hacia lo tropical.

No obstante, La Toquilla prefiere conservar su estructura original, pero con toques de guitarra eléctrica, de la mano de Agnis Durden, y de los ‘samples’ con los sintetizadores de Pablo Estrella, ex Cruks en Karnak, que se fusionan con el requinto de Vinicio Muñoz.

La ejecución de Agnis reemplaza al acordeón, mientras que Estrella le da un toque más moderno a lo que habitualmente hacen el saxo y el contrabajo en los pasacalles, sin que se pierda su esencia.

Alejandra García es La Toquilla, portovejense que desde hace 15 años reside en Quito, sin olvidar su origen manabita, algo que se refleja en su nombre artístico, tomado de la planta con que se confeccionan sombreros en su ciudad natal.

Y La Toquilla mueve sus caderas al caminar con Agnis y Vinicio por carreteras ficticias que simulan viajes hacia la serranía ecuatoriana durante los 3 minutos con 5 segundos que dura el video.

Detrás de los 3 artistas se aprecian valles, el Chimborazo, el monumento a la Mitad del Mundo y más paisajes, pero digitalizados. No son los únicos.

Paulina Tamayo está sentada sobre una silla como si fuera un trono, con un aire señorial y las imágenes de Julio Jaramillo en cuadros como fondo. Canta a dúo con La Toquilla.

De hecho, la intérprete quiteña, de 50 años, es uno de los referentes de la manabita en cuanto a música nacional.

La imagen de Tamayo contrasta con la pinta rockera que caracteriza a La Toquilla, con jeans rotos, chaqueta negra de cuero y tatuajes. Agnis, incluso luce una larga cabellera roja con las sienes afeitadas.

Aunque a los dos les apasiona la música nacional, también tienen influencias del rock. Allí, Tool, Perfect Circle, Metallica y otras bandas son las preferidas de Agnis, quien estudió musicología en la Universidad Católica de Quito.

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A él nunca le fue indiferente la música nacional porque siempre la escuchó, a través de su abuelo Luis Romo, quien toca el piano.

La Toquilla es un híbrido del nu metal que propone KoRn y Slipknot, más la trova del uruguayo Jorge Drexler, y el folclor de la peruana Eva Ayllón, la mexicana Lila Downs, y la música nacional.

Vinicio Muñoz es requintista y alguna vez tocó junto al fallecido Rosalino Quintero, pero también le gusta la música azteca y rocolera, en especial los boleros.

Todo ese conjunto de personalidades surgió hace poco más de tres años. La Toquilla, que entonces usaba su nombre de pila, Alejandra, vivía sus días entre ir a una oficina por las mañanas y cantar ‘covers’ en bares por las noches para mantener a su hijo Sebastián, de 10 años.

Ella aceptó tomarse un café con Hugo Ferro, de Chaucha Kings. Entre sorbo y sorbo nació el proyecto. El fox incaico ‘La bocina’ fue el primer sencillo de esta portovejense, de 32 años.

Después siguieron ‘Dolencias’, ‘Ojos azules’, ‘Tejedora’, la bomba ‘Una lágrima’, ‘Así se goza’, ‘Vasija de barro’, ‘Danzante’, ‘Fatalidad’ (que JJ hizo famosa con su voz) y otras con Estrella como productor.

Esas canciones forman parte del disco homónimo de La Toquilla, de 11 temas. Ahora alista una versión ‘deluxe’ de ese álbum que tendrá 15 canciones, incluidas ‘Palomita errante’ y ‘El aguacate’, que tiene la colaboración del grupo mexicano Elefante.

‘Palomita errante’, en audio y video, se produjo en noviembre del año pasado. Para la filmación del clip apenas se necesitaron unas horas con Felipe Jácome (homónimo del vocalista de Tercer Mundo) como director y productor para Ojo de Pez. Lo que demoró fue la edición, que estuvo lista en enero.

Se filmó en un set pequeño y se recurrió a la técnica del croma para extraer el verde del fondo y reemplazarlo por otra imagen, con la ayuda de computadoras, que en este caso le dieron un toque parecido a la versión de Alicia en el país de las maravillas, que dirigió Tim Burton.

Según La Toquilla, es posible que el disco con esos ‘bonus track’ esté listo para noviembre de este año. Aunque muchos la puedan encasillar como música para migrantes en Estados Unidos y España, La Toquilla va más allá.

Su internacionalización apunta a que se conozcan los géneros ecuatorianos y crear una identificación, tal como sucede con el tango asociado a los argentinos, las rancheras a los mexicanos, la bachata a los dominicanos o el vallenato a los colombianos.

Tampoco descarta una próxima visita a Guayaquil, ahora para tocar. (I)