Para ellos la música es todo. Un arte que les apasiona, que los hace recorrer todo el Ecuador y otros países, conocen a mucha gente y, además, les da dinero para poder vivir.

Varios de los tríos y orquestas ecuatorianos no comparten la expresión “no se puede vivir de la música en el país”, pues cada semana tienen muchos eventos privados y públicos, en distintas ciudades. Incluso hay invitaciones para tocar en el extranjero.

“Hace muchos años se creó un mal criterio sobre los artistas como sinónimo de borracheras, indisciplina, mujeres, diversión y vicios. Las orquestas son a las que más las han nombrado en este tipo de conductas. Meto el dedo en la llaga porque no podemos tapar el sol con un dedo y creo que en un 45% ha sido así, pero también pienso que desde hace unos 15 años, grupos y solistas han tomado conciencia para cambiar eso”, manifiesta Paúl Tamayo, fundador de la orquesta Zandunga, quien tiene una amplia experiencia en el medio al trabajar con distintos artistas locales.

Según Tamayo, los artistas ecuatorianos que han demostrado disciplina son quienes actualmente pueden vivir de la música. “Tenemos ejemplos, como Consuelito Vargas, Paulina Tamayo, los Hermanos Miño Naranjo, por nombrar algunos, que han sacrificado varias cosas por conseguir lo que quieren, llevando una carrera intachable, porque ser artista es como cualquier otra profesión, como ser ingeniero, arquitecto, abogado, un médico. Si somos profesionales tenemos que actuar como tales”.

Con este criterio concuerda Luis Punguil, de la Banda 24 de Mayo, y añade que es necesario que las personas que quieran estar involucradas en el medio se preparen. “Hay universidades muy buenas que capacitan a los músicos; estas personas, que estudian una carrera, son las que pueden decir: soy un profesional”.

Paúl Tamayo se une a esas palabras y agrega que “los músicos ya no tienen que ser solo de oído, deben haber pisado una universidad. Seis de los doce músicos que me acompañan en la orquesta Zandunga son graduados en conservatorios, otros son ingenieros de sonido. Los estudios han permitido que los artistas tengan una visión a futuro de lo que quieren en la música”.

Para el músico Joffre Porras, de Los Reyes Band, “el apoyo de los medios de comunicación es importante para vivir de la música”, pues los artistas necesitan dar a conocer el trabajo que realizan para llegar a ser más conocidos, y así ser solicitados en eventos.

“Con la nueva Ley de Comunicación se dará más apertura a los artistas para poder difundir nuestro trabajo, que no solo es un hobby sino una profesión. Presentar un producto de mejor calidad nos ayudará a competir con los artistas del extranjero porque con los conocimientos que adquieren los músicos en las universidades, exponen propuestas nuevas y novedosas, y no se dedican solo a copiar lo de otros sino a crear”, refiere.

“El espacio se gana cuando se hacen bien las cosas”, agrega Gonzalo Godoy, productor y mánager de la agrupación Kitarán de Ahiff, quien desde hace dos años, junto a su hermano Álvaro (guitarra), Paúl (bajo), Carlos (congas) y David (batería) se dedican de lleno a la música.

“Cuando sabes aprovechar el talento que Dios te ha dado sí se puede vivir de la música. Actualmente hay mucho trabajo para las orquestas, grupos y solistas en Ecuador por la acogida de la gente, que le gusta el trabajo que están haciendo los artistas nacionales. Se debe mostrar al público un trabajo bien realizado, bien grabado y al que se le dedique mucho de nuestro tiempo porque es nuestro trabajo. Nosotros no solo estudiamos música, trabajamos y vivimos de la música”, manifiesta Gonzalo y añade que aunque faltan espacios para exponer el trabajo de los cantantes, trabajo no les falta. “Viernes y sábado nos presentaremos en La Ronda, por la tarde tenemos un bautizo y otros shows privados”, sostiene.

Para Oswaldo Onofre, mánager de Las Tres Marías, “la calidad interpretativa del trío femenino es lo que hizo que ganen popularidad y tengan trabajo frecuente, con presentaciones en todo el país, especialmente en la Sierra”. Explica esto al reconocer que a pesar de que es un grupo nuevo, pues se dio a conocer hace dos años y medio, las personas solicitan su presencia en distintos shows.

Patricia Altamirano, Alexandra Baño y Lizbeth Rivadeneira son las integrantes del trío. Las Marías provienen de distintas agrupaciones. Alexandra tenía formada una carrera como solista, Patricia formó parte de ‘Magia Latina’ y Lizbeth de ‘Tierra Canela’. Sin embargo, luego de unirse decidieron dejar de lado el género tropical para interpretar música nacional.

Antes de darse a conocer, se prepararon por dos años, tanto en voces como en la presentación en vivo y la realización del primer disco, que publicaron con el título de ‘Desafío’. Este material incluye 21 temas, entre pasillos, albazos, boleros, pasacalles y valses.

El viernes se presentarán en Quito, en la Tribuna del Sur, junto a la Banda Municipal, que celebra 80 años de trayectoria. La próxima semana estarán en Machachi, Alóag, Otavalo y Cuenca. Onofre señala que dos de las chicas se dedican por completo al medio artístico, pues Patricia  estudia música, Lizbeth está involucrada con la radio y televisión; mientras que Alexandra estudia economía.

Para algunas personas, tener una carrera que no está relacionada con la música no está bien, sin embargo, hay quienes no le encuentran problema a esto. Así lo dice Paúl Tamayo de Zandunga. “Sí se puede tener dos carreras, a más de músico soy sociólogo. Mis padres siempre me inculcaron que a pesar de ser artista uno siempre tiene que tener una profesión alterna”.  

Joffre Porras de Los Reyes Band, opina lo contrario. “Deben dedicarse de lleno a la música, o de pronto ver otra carrera relacionada con este medio porque a los cantantes les sirve mucho saber de publicidad, masterización, producción”.

El mismo pensamiento tiene el músico Jorge Aguirre, tercera voz y bajo electroacústico del Trío Colonial. “Pienso que no se puede adorar a dos dioses, cuando se quiere salir adelante hay que dedicarle el tiempo completo a lo que nos gusta”.

Les toca ‘negociar’ la paga

Al tocar la parte económica algunos se reservan para el cliente los precios que cobran en cada presentación, pues es de acuerdo al lugar y el tiempo que se los requiera.

Gonzalo Godoy, de Kitarán de Ahiff, manifiesta que como mánager del grupo es quien se encarga de hacer los contratos y dar las cotizaciones a quienes los soliciten. “Cuando nos contactan las personas, primero conocemos el lugar y de qué se trata el evento para dar el costo. Por ahora estamos cobrando entre 250 y 300 dólares la hora. Cada presentación dura entre 2 y 3 horas y ahí se justifican las ganancias. Aparte quienes nos contratan deben reconocernos el transporte, y si la presentación es en una ciudad fuera de Quito, deben pagarnos los gastos del hotel, la comida y demás”, explica Gonzalo, quien junto a sus compañeros adecua un estudio de grabación que tenía antes con su hermano para empezar a trabajar en nuevos temas.

Aunque Oswaldo Onofre, mánager de las Tres Marías, no quiso dar detalles del valor que cobra el trío en cada presentación, acotó que a veces les toca “bajarse un poco en el precio”, especialmente cuando el concierto es fuera de Quito. “Algunas personas que nos contratan quieren que los gastos de hotel y comida se les incluya en el precio, pero toca negociar”, comenta, y adelanta que las Tres Marías trabajan en un disco. “Ya tienen listos 10 temas, uno de estos inéditos. En total grabarán 20 canciones para un disco que esperan publicar en diciembre, por las fiestas de Quito. Los primeros meses del próximo año esperamos sacar el segundo disco del grupo”, finaliza.

Así como este trío femenino, cada una de las agrupaciones se esmera por presentar al público nuevas melodías, de manera profesional, para que las contrataciones no paren y puedan seguir haciendo lo que les gusta.