El coronavirus ha irrumpido en la industria del cine tanto como en cualquier otro sector. La expansión del COVID-19 en diferentes partes del mundo ha llevado al aplazamiento del estreno de la última película de James Bond (Sin tiempo para morir) y la cancelación de las premieres chinas de películas como Mulan.

Ahora, la nueva víctima es el Festival South by Southwest (SXSW), una cita anual imprescindible del ciclo cinematográfico norteamericano (y que también comprende espacios de tecnología y música) que ahora queda en la estacada por culpa del virus.

El certamen celebrado en Austin (Texas) debía celebrarse del 13 al 22 de marzo, por lo que ha sido una cancelación forzosa y precipitada que tendrá consecuencias económicas terribles para la organización.

"Estamos devastados al comunicar esta noticia, y ahora estamos trabajando para contener las consecuencias de esta situación sin precedentes", dijo la organización en un comunicado, donde apuntan que es la primera vez que el festival tiene que cancelarse en 34 años.

SXSW explora ahora la posibilidad de buscar una nueva fecha más adelante y está trabajando para proporcionar una alternativa con los asistentes que iban a pasar por sus salas.

El alcalde de la ciudad, Steve Adler, ya ha calificado la situación de "desastre local". Y no está siendo alarmista: los comercios de la ciudad beben económicamente de este evento cada año.

Así cae el primer festival de cine importante por la amenaza del coronavirus, y la mirada ahora debería estar puesta en los que vienen la próxima primavera, desde el Festival de Málaga hasta el evento más importante de la temporada: el Festival de Cannes. (I)