Hace 20 años, Pablo Freire se dio a conocer como líder de la banda Los Brigantes, un grupo de rock que aún contagia de energía a los rockeros de su época y a los de las nuevas generaciones con sus composiciones.

Con el paso del tiempo, maduró su forma de ver la vida al punto de crear un proyecto que incluye el rock & roll de sus composiciones junto a su experiencia como chef gourmet, que empezó a llevar a lugares de la periferia de Guayaquil.

Ser un ‘chef rock’ fue la idea que estrenó en el canal que lleva el mismo nombre, un programa musicalizado con sus temas inéditos y covers,  donde ofrece cursos prácticos de cocina con recetas que van desde una hamburguesa hasta un encocado. “El programa incluye música en todas sus presentaciones, tocando para invitados como un grupo de indígenas o una comunidad de pescadores”, dice Freire, y añade que su equipo de producción incluye un mesón que mandó a fabricar con hornilla, cocina eléctrica, gas y un espacio para la basura.

Su proyecto fue presentado a finales de octubre en el programa Arte en la Metrovía sobre uno de los andenes de buses.

Vestido con un mandil negro y un micrófono de diadema, ‘rockeó’ sus temas durante 20 minutos y luego preparó ceviche de pescado, seco de pollo y un asado con moros que obsequió a los transeúntes apostados en su stand. “Es un programa de ayuda social en el que comparto sobre todo con gente humilde”, asegura el artista, quien considera atinada su presentación para aquellos que “vienen de un día pesado y reciben un platito de comida con una sonrisa y música”.

La labor social que realiza Freire   es conocida en la Isla Trinitaria. Ahí ha apadrinado a niños que viven en un albergue, además asesora a jóvenes que han salido de pandillas o con problemas de drogas. “Lo que yo aprendí lo comparto gratuitamente con gente que lo necesita, que no tiene carrera ni profesión, dándole esperanzas y una oportunidad de vida”, concluye el músico. (I)