Publicidad
CelticTrip propone un 'viaje' con gaita y violín
Viajar a Irlanda o Escocia para disfrutar en vivo de la música celta ya no es necesario porque un sexteto de amigos decidió juntarse en Quito para ofrecer esta experiencia sonora al público ecuatoriano.
Durante sus espectáculos incluyen la adrenalina y la diversión de estas melodías folk de Europa occidental. Su nombre: CelticTrip (se pronuncia ‘keltic’), que al ritmo contagioso de su fusión celta y el fuerte ‘zapateo’ ha recorrido parte del Ecuador.
La idea nació con Nicolás Schipper, músico que se inició con la percusión, pero los sonidos celtas y medievales ya rondaban su cabeza desde su adolescencia. “Empecé mi carrera con la batería y me dediqué muchos años a tocar bandas, pero siempre me gustó la gaita escocesa”, relata.
Un problema en los huesos lo hizo dejar la percusión y tomar la gaita. Pero no fue fácil. Su entrenamiento comenzó con tutoriales y profesores extranjeros a través de internet. Su anhelo de aprender más lo llevó a Europa para perfeccionarse.
“Estuve en Alemania para aprender en unos cursos de verano de un castillo. Pasé toda una semana tocando gaita y también bebiendo cerveza”, afirma.
Schipper explica que la gaita es uno de los pocos instrumentos del mundo en los que hay competencia para subir en las categorías.
“La gaita tiene tres grados. Tengo un profesor que vive en Nueva Zelanda, que es grado uno. Hay que presentarse ante gaiteros de todo el mundo para que te califiquen”.
En 2013, Schipper, quien ya era un gaitero, fue contratado para el Día de San Patricio (Fiesta de Irlanda, celebrada el 17 de marzo), en el bar Finn McCools, ubicado en la Plaza Foch en Quito. De esos shows surge el primer proyecto con la música celta y conoce a Felipe Aizaga, quien toca el violín.
Ambos dejan la banda, pero se reencuentran tiempo después en un concierto por casualidad.
Primero fue un trío
Allí forman otra agrupación y reclutan a Daniel Pacheco en el acordeón. Estuvieron como un trío (gaita, violín, acordeón) por poco tiempo porque querían agregar el sonido de cuerdas.
Sergio Espinosa se une al grupo para tocar la guitarra y el banjo, y les presenta a su hermano, Nicolás, para que sea el baterista. Así, funcionaron como un quinteto.
Para Aizaga, CelticTrip es una hermandad, una comunidad donde la pasan bien todos, y principalmente el público. “Es una banda familiar, todos aportamos”, dice. Y el aporte también viene con esfuerzo, pues Sergio Espinosa tuvo que aprender a tocar el banjo.
Schipper compró el instrumento y se lo dio al guitarrista, y al día siguiente ya estaba tocando. “Aprendí rápido para hacerlo con esa energía característica de la banda”, sostiene.
Los temas que interpretan en sus shows van desde sus propias composiciones, como 'Caray', 'El Chulla Celta', 'Gypsy Trip', entre otras. Y además las clásicas. “Es que la música celta hay composiciones tradicionales, con nuestros arreglos”, señala Schipper.
Todas son melodías instrumentales celtas fusionadas con ritmos de rock, género clásico, jazz y hasta música ecuatoriana.
La banda tuvo una pausa en 2014 cuando Nicolás Schipper, quien ya se había graduado en la Universidad San Francisco de Quito, viajó a Valencia, España, a realizar una maestría. Y al regresar llamaron a Juan José Correa, para que tocara el contrabajo. Así se estableció el sexteto que se presenta en la actualidad.
La experiencia no solo es musical, también se percibe en el vestuario. Schipper no tiene reparos en presentarse con la kilt (una falda escocesa), mientras toca la gaita.
“Nos gusta interactuar y zapatear con la gente, es una explosión”, confiesa. De ese modo, la fiesta de CelticTrip ya ha visitado Guayaquil, Ibarra, Riobamba, y Ambato, además de Quito.
“Todos hacemos CelticTrip”, enfatiza Schipper, de 28 años, pues hay personas que los han acompañado. Pedro Saad tocó fugazmente el acordeón, pero viajó a Argentina para especializarse.
Aizaga sostiene que lo mejor de CelticTrip es que no existen egos en los miembros de la banda, y eso permite que el trabajo fluya con la mejor energía. De hecho, el nombre surgió por una ocurrencia del violinista. “En los primeros ensayos dije que todo sonaba como un trip celta, por lo que sugerí CelticTrip, pero al principio no les gustó”, recordó riendo el músico.
El nombre ‘CelticTrip’ define lo que hacen, pues todos motivan con su música a un ‘viaje’ al sonido celta y con fiesta incluida. Quienes se han atrevido a realizar esa travesía rítmica con estos músicos no se arrepienten. (I)