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El Telégrafo
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Los niños crecen más sanos junto a los perros

Los científicos de la Universidad de Finlandia han comprobado que los niños que viven en hogares con animales tienen menos afecciones respiratorias.
Los científicos de la Universidad de Finlandia han comprobado que los niños que viven en hogares con animales tienen menos afecciones respiratorias.
01 de marzo de 2015 - 00:00

Es un hecho: los perros y los gatos logran que los bebés crezcan más sanos. Estos animales son capaces incluso de mejorar el sistema inmunológico de los niños a edades tempranas.

El bebé que goza de la compañía de un animal está en contacto con un número mayor de bacterias. Y esto, aseguran los expertos, fortalece sus defensas. Un artículo publicado en la revista digital Consumer, da conocer la investigación desarrollada por la Universidad de Finlandia entre 397 niños menores de un año y publicado en la prestigiosa revista científica Pediatrics.

Los investigadores analizaron cómo afectan las enfermedades respiratorias —y otras dolencias infecciosas— a los bebés, a quienes siguieron desde el embarazo hasta que los pequeños alcanzaron su primer año de vida. Resultó que los niños que vivían en casas con animales, con perros o gatos, tenían menos resfriados durante el invierno.Además, esos niños precisaron tomar menos medicamentos, incluso cuando cayeron enfermos. Además, los niños con perros o gatos sufren menos otitis y precisan menos medicamentos

“Los niños con perros y gatos en casa resultaron ser más sanos que aquellos bebés que apenas tuvieron contacto con mascotas”, señalan los investigadores, encabezados por la investigadora Eija Bergroth. Los científicos comprobaron cómo los niños que viven en hogares con animales tienen menos afecciones respiratorias. Los pequeños que disfrutan de la compañía de perros y gatos, asimismo, padecen menos infecciones de oídos (un 44% menos) y necesitan tomar menos antibióticos (29% menos), según esta investigación.

Los científicos han constatado que un bebé que convive con un amigo peludo en casa tiene más contacto con el mundo exterior. Un perro que sale a la calle durante sus paseos diarios, así como un gato que goza de la libertad de traspasar las fronteras domésticas, trae microorganismos a casa. Y ello, dicen los investigadores, es bueno para el pequeño, ya que contribuye a “fortalecer el sistema inmunológico del bebé”. Su ejército natural de anticuerpos se rearma, es decir, el niño crece más fuerte y más protegido frente a las infecciones y enfermedades.

“La suciedad traída a casa por los animales está relacionada con la variedad de bacterias con las que el bebé entra en contacto”, explican.

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