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Punto de vista
Ilsiones + trabajo = Rusia 2018
El trayecto a la cita mundialista Rusia 2018 inicia esta semana con un puñado de ilusiones que se está gestando principalmente en el seno de esta nueva expedición, que entiende por sobre todas las cosas que la generación espontánea de jugadores que hoy cubren el abanico del cual puede nutrirse el director técnico, con certeza está entre las tres mejores de la historia del balompié nacional. Clasificar a un mundial es como construir una casa desde los propios cimientos, por eso es crucial tener mucha paciencia y comprender que el nuevo ‘arquitecto’ deberá tener pilares firmes para que sus propósitos futbolísticos se vean reflejados y por sobre todas las cosas traigan resultados positivos e identifiquen el paladar del pueblo futbolero. El calendario nos revela que no hay nuevos equipos pero sí nuevas realidades, y es allí donde reposan todas las incertidumbres sobre lo complicado que se puede poner el recorrido. La ‘Tri’ tiene más certezas que dudas, pero como todo equipo en construcción siempre debe experimentar situaciones hasta encontrar las piezas adecuadas. Si repasamos el once ideal que todos los amantes de este deporte tenemos en la cabeza, con seguridad el porcentaje de coincidencias será muy alto, pero también es cierto que puestos claves están en dudas, y no por la valía de los futbolistas, sino porque es muy distinto vestir la camiseta de un club a ponerse la piel de un país. Futbolísticamente hablando, el caudal ofensivo del seleccionado nacional es envidiado y temido por la mayoría de los rivales, porque concentra en ese tramo tan primordial a jugadores desequilibrantes que todo buen equipo ostentaría tener, poniendo a virtuosos al servicio del entrenador, variantes constantes que tengan la capacidad de desbaratar cualquier muro de contención que se interponga en el camino. Los recambios generacionales son necesarios, pero también deben ser prudentes y no repentinos, cuestión que a veces los generadores de opinión no aceptan y confunden al pueblo con comentarios desacertados obteniendo impaciencias que a veces perjudican el accionar del combinado nacional. Defensivamente la estructura no goza de todas las variantes que requiere este tipo de competición, pero eso no significa que los llamados a responder no lo hagan con categoría y a la altura de las circunstancias. La necesidad de que aparezcan nuevos jugadores que tengan la suficiencia de suplir a los ya consagrados es una materia pendiente en nuestro torneo y es por eso que los nuevos valores solicitan indirectamente apoyo y paciencia para aplomarse en el equipo de todos. Seguramente será curioso observar e incorporar al gusto masivo la aparición de nuevos sistemas de juego donde se va a priorizar la propuesta por sobre el rival, y eso conociendo el trabajo del actual entrenador debe ser una motivación para los propios futbolistas que imperiosamente tienen que asimilar de buena manera que existen otros caminos para lograr cumplir los nuevos objetivos, pero también sentirse orgullosos de cómo se obtuvo, demostrando por sobre todo mucha personalidad y convicciones sólidas de conceptos. Apelar a solo ganar de local debe ser una obligación, pero también es la coyuntura histórica ideal para ir en búsqueda de buenas performances a los reductos más difíciles con intenciones bien claras, intentando generar golpes anímicos que cambien el sentido de la historia vivida hasta este momento y catapulten el respeto futbolístico a escalafones más altos. La pregunta de todos recae en el mismo pensamiento, ¿es mejor iniciar enfrentando a uno de los rivales favoritos o sería bueno encontrarlo más adelante? La disyuntiva es amplia porque la Selección no llega con un funcionamiento consolidado y que esté impregnado en la idea grupal, entonces conociendo esta etapa de la construcción, apelará a los conceptos más claros adquiridos en este nuevo proceso y batallará sabiendo que en este juego es más determinante en ciertas ocasiones el deseo que la capacidad. Este nuevo grupo de trabajo tiene el plus de mezclar experiencia con juventud, buscando por sobre todas las cosas que los sueños no solo sean eso, sino también que se transformen en metas a perseguir con responsabilidad y mucho orgullo. Entonces, solo nos queda disfrutar. (O)