Ya fuere por lesión o bajo rendimiento, 8 de los 18 elementos que han estado en las oncenas iniciales -en lo que va del proceso de Gustavo Quinteros- no llegaron con el nivel competitivo idóneo desde sus clubes. Al margen de que la esperanza del cuerpo técnico de la ‘Tri’ es que estos seleccionados vuelvan a tener protagonismo en las ligas que disputan, lo cierto es que no todos tienen un panorama competitivo propicio para recuperarse antes de ser convocados nuevamente.  

Para los defensas centrales,  como Gabriel Achilier y Frickson Erazo, la temporada apenas empieza. El primero necesita recuperar sus capacidades físicas y el desenvolvimiento mostrado durante la obtención del tricampeonato con Emelec. Mientras que el otro requiere consolidarse en la zaga de Atlético Mineiro mostrando solvencia y simpleza, así como descartar las alegorías que comprometen sus ejecutorias. Pero tanto el machaleño como el esmeraldeño tienen algo a su favor: el número de opciones en sus equipos es limitado y aquello extiende su cupo de oportunidades. Además, ambos tienen por disputar la Copa Libertadores para crecer enfrentando a rivales exigentes.

Algo similar ocurre con los volantes de corte Álex Bolaños y Pedro Quiñónez.  El reducido acervo de jugadores capaces de asumir la titularidad en Aucas hace que Carlos Ischia recurra al hermano mayor de Miler, a pesar de su inestabilidad emocional, de la cual surgen infracciones que lo hacen cliente recurrente de la tarjeta roja. Álex tiene el campeonato local para recuperarse el resto del semestre y la Copa Sudamericana para autosuperarse.

De su lado, el excapitán de los azules tiene una plaza garantizada en el elenco principal de Emelec. Su nivel para el torneo local aún es sustentable y ante la falta de otros elementos superiores, Omar De Felippe no podría prescindir de él fácilmente para enfrentar la Libertadores y la Sudamericana.

Fidel Martínez aún puede incluirse entre los casos solucionables. Pese a que la productividad del colombiano Luis Quiñones ha provocado la postergación del ecuatoriano en Pumas de la UNAM -tanto para la liga MX como en la Copa Libertadores- aún cuenta con suficiente mercado en México para cambiar de equipo en el segundo semestre (Torneo Apertura) si ve más lejana aún la posibilidad de retornar al rol estelar.

El contexto no los ayuda

A partir de aquí vienen los casos más complejos. Jefferson Montero, Antonio Valencia y Juan Carlos Paredes se desenvuelven en un medio en el que no hay jugadores imprescindibles por el volumen de estrellas nacientes y consolidadas que hay en la Premier League.

Aunque la juventud lo asiste en sus posibilidades de recuperación, pareciera que Montero siente que  con lo que hoy muestra le alcanza para reclamar un puesto en Swansea; algo lejos de la realidad. El DT italiano Francesco Guidolin ha definido su trabajo como incompleto y, aparte de no necesitarlo por temas tácticos, prescinde de él porque “no mejora su juego en equipo”, más aún cuando se trata de solidarizarse en la marca. Su continuidad en Gales es incierta y los defectos mencionados limitan sus opciones de fichar en otros equipos de la Premier.

Juan Carlos Paredes ha comprometido su estadía en Watford por arrastrar las limitaciones del futbolista ecuatoriano promedio a una liga que reclama otros atributos. Su paso por la serie de ascenso inglesa fue notable en referencia al nivel del torneo, pero ya en la Premier no pudo crecer más. La ‘Hormiga’ no cuenta con la confianza de su técnico y ha sido criticado por sus compañeros. La liga se le termina y pocos reclamarían si deja el club.

La situación de Antonio Valencia  pasa más por la posibilidad de volver a ser, pero ya no en el Manchester United. Tras siete años en el club, su edad e historial de lesiones limitan su posibilidad de ser titular en un equipo que en la era de Louis van Gaal ha invertido más de 250 millones de euros en estrellas para recuperar protagonismo en Europa. Por tratarse de un jugador consolidado en el Viejo Continente, ‘Toño’ no dejará de ser atractivo para otros clubes en el mercado de verano. (I)