Guiados por militares, los seleccionados de Bolivia dispararon al blanco en el polígono del Ejército de La Paz, como parte del plan de motivación del técnico Julio César Baldivieso, en la antesala del partido ante Uruguay por la clasificatoria sudamericana al Mundial Rusia 2018.

La idea de Baldivieso, que agarró un equipo desmotivado, es inculcarle disciplina y patriotismo al conjunto, además de conceptos futbolísticos, obviamente, en una preparación contrarreloj para su debut en eliminatorias la próxima semana.

Muchos disfrutaron la jornada, que parecía una ceremonia militar en regla, con cánticos patrios e iza de la bandera boliviana incluidos. Y una sesión voluntaria de tiro al blanco con antiguos fusiles M16.

“Fue una bonita experiencia, ellos (los soldados) nos transmiten ese mensaje de lucha por su país; es una motivación extra”, comentó el volante del Portuguesa de Brasil, Rudy Cardozo.

“Nunca me gustaron estas cosas, tuve un poco de miedo, pero a disfrutar”, dijo Sebastián Gamarra, juvenil volante del Milan italiano y una de las nuevas caras del equipo boliviano.

De fina puntería, el golero Carlos Lampe se mostró muy a gusto en el Colegio Militar afinando la puntería. “Acá todos son parte de la selección nacional, todos nos apoyan”.

Disciplina, valor, patriotismo                  

Con este acercamiento a escuelas militares y otras dinámicas, Baldivieso intenta cambiar el ‘chip’ a su equipo luego de la catastrófica goleada 7-0 ante Argentina en un partido amistoso el mes pasado, apelando a valores como disciplina y patriotismo.

Recientemente, Baldivieso, hijo de un policía, invitó a dar una charla al director del Colegio Militar del Ejército boliviano, Augusto Arévalo. “A los jugadores les hablé de lealtad, disciplina, valor, honor, honradez y patriotismo”, dijo luego a la prensa.

En esa línea, el educador argentino Jorge Cámpora declaró: “Mi sueño y el del cuerpo técnico es que todos los jugadores se redescubran como líderes, nosotros necesitamos que cada uno de los futbolistas sea líder en la cancha”.

Último en incorporarse a la concentración, el volante del Kazma SC (Kuwait), Jhasmani Campos, captó de inmediato la idea: “Necesitamos guerreros, necesitamos el día 8 entrar (frente a Uruguay) como leones y hacer respetar nuestra casa”.

A pesar de las buenas intenciones, quedó confirmada la baja del delantero Rodrigo Ramallo, carta de gol de la Verde. “Una ecografía nos mostró un pequeño desgarro en el tendón de Aquiles y el jugador necesita entre 15 y 20 días para poder recuperarse”, anunció Fabián Pacheco, uno de los médicos del plantel boliviano.

La baja de Ramallo se suma a la del arquero titular Romel Quiñónez, del volante del sueco IFK Goteborg, Martín Smedberg, y a las renuncias del capitán boliviano Ronald Raldes y del ariete Marcelo Martins Moreno, por discrepancias con Baldivieso.

El ‘Emperador’ Baldivieso, un talentoso excapitán de la Verde, asumió en Bolivia en circunstancias difíciles, tras la renuncia de Mauricio Soria y una profunda crisis en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), cuyo titular está encarcelado preventivamente en una investigación por corrupción. Las deudas de los clubes locales con sus jugadores también afectaron la planificación del estratega de 43 años.

Bolivia debutará el 8 de octubre frente a Uruguay en casa y el 13 en Quito ante Ecuador. (I)