Cuando las papas queman, dar un volantazo de 180 grados es el camino más corto y más fácil. Edgardo ‘Patón’ Bauza ya no es más el técnico de la selección argentina. El entrenador bicampeón de América con Liga de Quito y San Lorenzo fue despedido por el flamante presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio ‘Chiqui’ Tapia. La ecuación es simple: gestión nueva, técnico nuevo. 

“Le comunicamos a Bauza que ya no es más el director técnico. Hicimos un acuerdo de palabra, pero no firmamos nada”, dijo Tapia tras una reunión con el ahora exentrenador de la Albiceleste. ¿Y quién lo reemplazará en ese banquillo caliente que es la selección argentina, hoy en fase de repechaje por encima de Ecuador en las Eliminatorias al Mundial de Rusia 2018? 

Tapia viajará a Europa esta misma semana y ya tiene una reunión pautada para este sábado con el técnico del Sevilla y exentrenador del Chile campeón de América 2014, Jorge Sampaoli. Pero antes Tapia quiere escuchar de su boca el “no” de Diego Simeone, el entrenador del Atlético Madrid favorito de todos y que ya declinó en el pasado asumir las riendas de la selección. El popular ‘Cholo’ dijo varias veces que este no es su momento en el seleccionado, por lo que todos los caminos conducen a Sampaoli.

En realidad la gran aspiración de la AFA es el eterno Marcelo Bielsa, quien ya firmó con el Lille francés y también había declinado el ofrecimiento para volver a la Albiceleste antes de que el ‘Patón’ asumiera la conducción del equipo. Pero hoy es un imposible.

Bauza deja a la selección ‘gaucha’ en una difícil situación: está quinta con 22 puntos, en fase de repechaje y con solo dos unidades más que Ecuador, que está fuera de todo. El ciclo del ‘Patón’ en la selección fue irregular:  jugó ocho partidos, de los cuales ganó tres, empató dos y perdió otros tres, con 10 goles a favor y nueve en contra, todos por eliminatorias sudamericanas.

Pero lo que más le achacaron los fanáticos es su casi nula renovación del plantel tras el fin del ciclo anterior de Gerardo ‘Tata’ Martino y el hecho de insistir con los mismos jugadores que triunfan en Europa–como Gonzalo Higuaín, Sergio Aguero y Angel Di María- que no logran ratificar ese mismo nivel con la celeste y blanca.

Además, el equipo nunca encontró su juego y dependió exclusivamente de Lionel Messi. Cuando el astro del FC Barcelona no estuvo en el campo, Argentina fue uno de los peores equipos de las eliminatorias.

Su primer desafío fue ir a buscar a Messi. No tuvo que esforzarse demasiado. Le contó su proyecto y el astro del Barcelona regresó al redil.

“El secreto está en lo que transmitimos, de qué forma lo hacemos y si podemos convencer a los jugadores”, sostuvo por entonces.

El entrenador admitió siempre que la tarea era dura, pero nunca desconfió en la clasificación de Argentina. “Veo a Argentina campeón mundial”, se animó a decir.

Cuando los jugadores enojados con la prensa argentina dejaron de hacer declaraciones, Bauza pasó a ser el único vocero del equipo y los defendió. Antes de caer en Bolivia, en lo que será su último partido como seleccionador, una insípida Argentina sacó tres puntos de oro ante Chile (1-0) en el Monumental de Buenos Aires.

Todos, unánimemente, criticaron al equipo y al mal juego. Bauza en cambio, los calificó con “diez puntos”, y consideró que jugaron “un gran partido”.

En su corta gestión, Bauza solo incorporó a Lucas Pratto, centrodelantero del San Pablo, que rindió bien pero que solo jugó en ausencia de Higuaín, el más apuntado por los críticos, y a un puñado de futbolistas como el defensa Emanuel Mas (San Lorenzo, de floja labor) y más recientemente los volantes Marcos Acuña (Racing) y Guido Pizarro (Tigres de México).  

Los fanáticos presionan cada vez más por la convocatoria de Mauro Icardi, centrodelantero de gran momento en el Inter de Italia, pero cuya polémica vida social provocó la indignación del mundo del fútbol. El goleador se cansó de contar en las redes sociales su amorío con la vedette Wanda Nara, exesposa de su compañero Maxi López en la Sampdoria y con quien finalmente se casó y tuvo dos hijos en medio de fuertes peleas mediáticas con su colega. Su exposición fue tan grande que en Argentina surgió el verbo ‘Icardear’ para aludir al ‘robo’ de una novia. Incluso, el ‘prócer’ Diego Armando Maradona lo tildó de ‘traidor’ y pidió jamás convocarlo a la selección.

Pero con Sampaoli en el banco, las posibilidades de sumar a Icardi en lugar de Higuaín aumentan.  Quienes lo conocen de cerca cuentan que el técnico del Sevilla tiene mucha consideración con el volante mixto de Boca Juniors, Pablo Pérez, que viene teniendo buenas actuaciones en el equipo líder del campeonato argentino.

“En sí no habría grandes novedades en la convocatoria. Lo que va a cambiar es la forma de jugar con un equipo plantado 20 metros más adelante”, dice a EL TELÉGRAFO una fuente cercana a la AFA que prefirió no ser identificada. 

Pero más allá del contrato de Sampaoli, que quiere firmar hasta Qatar 2022, la AFA debe solucionar aún la sanción de cuatro fechas a Messi por insultar a un asistente durante la victoria 1-0 sobre Chile en Buenos Aires. Ya cumplió una en la derrota 0-2 ante Bolivia y debe descontar tres más. Pero la AFA confía en que la apelación ante la FIFA permitirá reducirle el castigo a solo dos jornadas, por lo que Messi solo estaría ausente en la próxima fecha ante Uruguay en Montevideo.

Bauza se fue de la selección, como dice el tango, “silbando bajito”. Antes de irse del predio de la AFA en la localidad de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, intentó llamar por teléfono a todos sus jugadores. Con Messi no lo logró. Le dejó un mensaje en el contestador. Lo mismo le pasó con Javier Mascherano, el gran caudillo del seleccionado. Pero el ‘Jefecito’, a diferencia de Messi, le devolvió la llamada, según contó la prensa local.  Ningún futbolista salió a respaldarlo en forma pública.

La salida de Bauza es un ejemplo más del estado de confusión que atraviesa el fútbol argentino desde hace algunas semanas. En su época dorada (1974-2004) la selección tuvo solo cinco entrenadores en tres décadas, dos de ellos campeones del mundo (César Menotti y Carlos Bilardo), pero en los últimos 13 años el buzo pasó por siete técnicos distintos, incluyendo a Maradona.

Esta irregular gestión llegará al colmo de pagarle al mismo tiempo a tres entrenadores diferentes: aún se le adeuda dinero a Gerardo Martino ($ 3 millones), se debe indemnizar a Bauza ($ 1,1 millones) y falta arreglar el contrato con el nuevo técnico que surja del viaje de ‘Chiqui’ Tapia a Europa.

Si se acuerda con Sampaoli, además de su sueldo, la AFA deberá pagarle al Sevilla una cláusula de rescisión de $ 1,5 millones. Todo en una situación financiera que llevó al borde de quiebra a la Asociación del Fútbol Argentino, aunque a la entidad le entrará una millonaria cifra por los derechos de transmisión por Tv del campeonato local. 

Las eliminatorias se acercan a su fin y Argentina está en la cornisa. Si queda fuera de Rusia 2018 será una  catástrofe en un país donde el fútbol es una religión. Y donde por primera vez una misma ronda de clasificación será dirigida por tres técnicos distintos. El fútbol argentino, sin dudas y más allá de Messi y del talento natural de sus deportistas, está en franca decadencia. (I)

'Patón', toda  una vida dedicada al fútbol

Nacido en Granadero Baigorria, un pueblo de 43.000 habitantes en la provincia de Santa Fe, a 300 kilómetros de Buenos Aires, el 26 de enero de 1958, su apodo le viene del tamaño de sus pies.

A los 13 años se probó como futbolista en Rosario Central, el club de sus amores y paradójicamente máximo rival de Newell’s, la ‘casa’ de Messi. Fue en Central el primer lugar donde Bauza sacó a relucir aquella capacidad para hacer arte con “lo posible”. En su juventud Bauza tuvo un pasado de activista político en el Partido Socialista argentino y hasta llegó a ser edil en los años 1980 en Granadero Baigorria.

Fue un defensor central de fuerte presencia y vocación ofensiva, lo que lo llevó a ser uno de los cuatro zagueros más goleadores de la historia, con 108 tantos, solo superado por el holandés Ronald Koeman (193), su compatriota Daniel Passarella (134) y el español Fernando Hierro (110).

Además de Rosario Central, jugó en Independiente de Avellaneda, Junior de Barranquilla (Colombia) y Tiburones de Veracruz (México). También integró el plantel argentino subcampeón del mundo en el Mundial de Italia-1990. (I)