Ernesto Carvajal convirtió una funda negra para basura en algo que se asemejaba a una chompa para protegerse de la lluvia. Pero después del minuto 28 del primer tiempo, cuando el defensa Gabriel Achilier fue expulsado, no le importó mojarse.

Desde la tribuna oriental alta del estadio Metropolitano, Ernesto, junto a otros 120 ecuatorianos que llegaron a Barranquilla, intentó levantar el ánimo de los jugadores ecuatorianos.

Pero su intención fue en vano, ya que los gritos de los cerca de 60.000 colombianos que llegaron a ese escenario a alentar a su selección, anularon por completo los de los compatriotas. Más aún cuando, dos minutos después de la expulsión de Achilier, James Rodríguez anotó el primer gol  local.

Ese tanto apagó a los ecuatorianos, que esporádicamente se emocionaron cuando Jefferson Montero desbordó por la banda izquierda o cuando Antonio Valencia ejecutó disparos de media distancia.

Pese a eso, permanecieron en sus butacas con la entera confianza de que en el segundo tiempo sería distinto. Los hinchas tricolores criticaban  que el estratega  Rueda no  alineara a un delantero de oficio en lugar de Enner Valencia.