Este diario recibe todos los días (no es una exageración) denuncias de despidos en los medios privados y comerciales. Nos llegan porque los afectados consideran que somos los únicos que damos a conocer esta alarmante situación. Es preciso enfatizar que el aumento de los salarios de los periodistas se debe cumplir a cabalidad, ya que no es una opción ni un favor, sino una obligación.

El Telégrafo, como parte de la empresa Editogran (que también publica el diario PP El Verdadero) ha obedecido esta disposición, consciente de la responsabilidad pública de acabar con la precarización laboral de los comunicadores en Ecuador. Con la seriedad que nos caracteriza, predicamos con el ejemplo.

¿Por qué los medios dicen ahora que no pueden pagar? ¿Son islas en la legislación laboral para que no paguen bien a sus reporteros, fotógrafos, locutores, etc.?

Resulta lamentable escuchar a un alto dirigente del gremio de los radiodifusores decir que algunas emisoras apenas facturan alrededor de $ 500 mensuales. ¿Eso significa que pagaban menos de $ 100 mensuales a sus reporteros, locutores y sonidistas? ¿Así de inestable es la situación laboral en esas empresas?
Según las denuncias receptadas (quienes las hacen solicitan mantener en reserva sus  nombres) las compañías esgrimen el mismo argumento: no están en condiciones de pagar un salario digno y, por lo tanto, su mejor opción es reducir la plantilla.

Esta injusticia revela cómo han tratado realmente el tema laboral quienes, en editoriales y notas, exigen  respetar los derechos de la ciudadanía. ¿No es un derecho de todos -incluidos los periodistas- tener un salario digno  y no verse obligados a buscar la manera de obtener otros ingresos para satisfacer las necesidades de sus hogares?