La noche del sábado pasado en Guayaquil se entregaron los World Travel Awards. En esta vigésimo quinta edición Ecuador ganó 25 premios de un total de 38 nominaciones en las que competía.

Quito triunfó con tres reconocimientos, entre los que destaca Destino Líder de Sudamérica en Reuniones y Conferencias.  Guayaquil fue declarada Destino de Viajes de Negocios Líder de Sudamérica y Destino Líder de festivales y eventos de Sudamérica.

Cuenca se llevó el galardón por Destino Líder para vacaciones cortas. Estos premios son una buena noticia para el país que ahora ve en el turismo una fuente importante de divisas, pero también como una ruta de salida a la economía extractivista.

Las tres ciudades más pobladas de Ecuador han recibido premios, lo que les permite cosechar prestigio a nivel internacional. Estas urbes ya aparecen en el radar de Europa y Estados Unidos porque tienen la infraestructura suficiente para recibir a los visitantes. 

Las autoridades locales juegan un rol primordial en el impulso al turismo. Incentivar esta actividad económica no solo es responsabilidad del ministerio del ramo, es decir de la Función Ejecutiva, sino de diversos actores estatales y de la sociedad civil. Hay que mejorar los índices de seguridad porque eso es clave al momento de eliminar viejos prejuicios. 

Los municipios tienen una tarea fundamental en la conservación y cuidado de los atractivos, en dar las facilidades necesarias para los turistas, en la organización de eventos (como el Comic Con de Guayaquil), en la formación de guías capaces de orientar al extraño. Los empresarios deben capacitar a su personal para garantizar el buen trato y para desterrar el abuso al foráneo.

Hay que superar esa vieja práctica de cobrar por un servicio en demasía al extranjero. Esa sinergia de acciones permitirá al país crecer en número de visitas, lo que se traduce en más fuentes de empleo. (O)