Conforme se escarba en todo lo ocurrido en los últimos años en relación con el juicio ganado a la petrolera, aparecen más evidencias del entramado que se armó para favorecer sus tesis.
La Chevron ha gastado centenas de millones de dólares para que la “opinión pública” y sus argumentos sean la base para imponer sus teorías en los juicios y arbitrajes. Por eso no sorprenden -a algunas personas- las denuncias que este diario ha publicado últimamente.
Sin embargo, en la ciudadanía sí debe haber una sorpresa: por muchos años se ocultó información, pero sobre todo se creó una corriente de opinión, con supuestos expertos imparciales, para cargarle toda la culpa al Estado y con ello liberarse de toda responsabilidad jurídica y económica sobre el mayor desastre ecológico de nuestra historia.