Publicidad

Ecuador, 25 de Mayo de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo

Publicidad

Una cita de afectos para celebrar una navidad sin consumismo

El espíritu colectivo nos ha permitido afrontar las dificultades económicas, las amenazas por los procesos eruptivos y los retos de una sociedad más crítica y comprometida con el desarrollo colectivo. 2015 ha sido un año de éxitos en el campo deportivo y se han consolidado los proyectos estratégicos.
24 de diciembre de 2015

El 2015 ha sido un año muy significativo para Ecuador: hemos afrontado las dificultades económicas con un alto espíritu de responsabilidad; las amenazas de desestabilización quedaron atrás por el rechazo social y la firme convicción democrática del pueblo para defender la estabilidad y la gobernabilidad; y, por supuesto, se han alcanzado éxitos y concretado objetivos en la obra pública, los servicios de educación, salud y seguridad, como también conquistamos grandes victorias deportivas.

Este año tuvimos varias amenazas que revelaron esa unidad nacional, el trabajo colectivo y la responsabilidad política para enfrentarlas sin alarmismo: la emergencia por el proceso eruptivo del volcán Cotopaxi y el riesgo de un fenómeno El Niño que por suerte se disipó. Como nunca antes tuvimos las políticas, la estructura y la institucionalidad para que, de ocurrir, los daños e impactos fuesen menores. Y con todo eso también ocurrieron hechos graves, como los incendios que acabaron con grandes extensiones de bosque natural y costaron la vida de dos bomberos en la capital.

Ecuador no es ni de lejos el de hace una década donde los efectos de fenómenos y problemas antes señalados nos habrían costado uno, dos o tres puntos del Producto Interno Bruto. Estamos mejor preparados para afrontar incluso las tragedias naturales y los impactos del sector externo de nuestra economía. Y eso ha sido posible porque se ha consolidado el Estado, para favorecer al bien común, a las familias y a las nuevas generaciones. Nada se ha hecho pensando en el lucro, en la rentabilidad y en el interés particular de los grupos de presión.

Por eso, hoy día es muy importante la unidad familiar y nacional para hacer de la Navidad un acto de reflexión, encuentro y comunión. Siendo una fiesta cristiana ampliamente extendida hay que volver al origen de su sentido: la modestia y la unidad familiar. Algunos piensan que solo tiene sentido cuando se refleja en un elevado consumismo o derroche de dinero. Al contrario, la esencia es la humildad y la sencillez de su conmemoración.

Nos reunimos para exteriorizar los afectos y para el reencuentro con nuestros allegados, amigos y parientes. Y también, ¿por qué no?, para mirar hacia atrás y revisar lo que alcanzamos y lo que pudimos hacer mejor.

El próximo año no será fácil, pero tampoco será el caos ni la catástrofe como algunos actores políticos anuncian con fines absolutamente proselitistas. Y como tal deberemos asumirlo con la mayor responsabilidad colectiva, dejando de lado los protervos afanes de unos pocos, pensando cómo resolvemos los problemas urgentes y planificamos, con menos recursos, alcanzar los objetivos posibles. Tenemos la fortaleza de un país que aprendió a sobrellevar sus dificultades. Y así también nos corresponde defender lo alcanzado, trabajar todos los días para reducir la pobreza, mejorar la educación y crear todas las condiciones necesarias para un bienestar común.

EL TELÉGRAFO ratifica el compromiso de su trabajo cotidiano para servir de la mejor manera a sus audiencias (cada vez mayores y críticas) y desea a todo el país una noche de paz, alegría y sabiduría. Y, sobre todo, queremos compartir con ustedes nuestros éxitos, que han sido más de una decena este año, como resultado de un periodismo responsable, pensado y hecho para que nuestra sociedad sea la del Buen Vivir. (O)

Publicidad Externa

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media