Ecuador tuvo ayer dos tipos de votaciones: las tradicionales con papeletas y con el mecanismo electrónico. En ambos casos hay un elemento en común: los ciudadanos participan con mayor experiencia y madurez, con lo cual la democracia se fortalece en las contiendas electorales, independientemente de los resultados.
Si con este proceso -quizás mucho más intenso que otros, sobre todo en determinadas ciudades- ganan unos grupos o corrientes, lo más importante es afrontar con responsabilidad el mandato del pueblo a los candidatos electos de los gobiernos locales.
Por delante hay muchos retos, exigencias y el cumplimiento cabal de los ofrecimientos de campaña. La paz con la que se desarrollaron los comicios de ayer revela también la madurez de la democracia ecuatoriana.