No ha sido fácil: la normativa es compleja, sustancial y llena de visiones, según cada quien la vea. Armonizar el conjunto de demandas para contar con una ley para estos nuevos tiempos arrastra la particular tensión y obliga a una profunda discusión. Hay temas delicados y neurálgicos, como el del aborto, sobre el cual todavía hay mucho que discutir, sin adjetivos ni prejuicios.
Y también hay otros con los que se ha avanzado mucho, porque el antiguo Código ya casi alcanzaba el siglo de vigencia. Por lo mismo, tras la aprobación que estaba prevista para anoche, es importante primero la amplia difusión para combatir cualquier mala interpretación y desinformación. Luego una pedagogía desde lo que se postula para que la sociedad sea la gran beneficiaria del trabajo legislativo.