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La ciudad tiene muchos retos y un sinfín de oportunidades. Lo prueban todos los índices y estadísticas. La mayor demanda ciudadana, por lo que dicen nuestros lectores, es mejorar la calidad de los servicios. Y ahí hay un reto colectivo e institucional.
Festejar también es evaluar y proyectar para -por sobre todo- asegurar una verdadera ciudadanía, más allá de las obras de cemento. Esta ocasión es propicia para brindar con las ganas de comprometerse más con esos retos y esas demandas de millones de ciudadanos.
Guayaquil es más que una ciudad pujante, es una colectividad diversa sobre la que se debe colocar la excelencia y el mejor destino en sus planes inmediatos. Y por ello lo que le hace falta es mostrar, desde distintas áreas y sectores, esa estrategia común para un buen vivir de largo plazo.