Todavía no hay un proceso en pleno, una sentencia o algo que confirme o desmienta la imputación realizada en EE.UU., pero con este solo hecho ya se crea un pésimo precedente de algo que se oía y sospechaba como cierto. Que, además, la Fiscalía nacional inicie una investigación a las cabezas más visibles de la Federación Ecuatoriana de Fútbol pone en otra dimensión este escándalo. Y todo ocurre precisamente cuando la Tricolor atraviesa por el mejor momento deportivo. Por lo pronto, hay que pedir toda la claridad y justicia para sancionar, con la ley en la mano, a los responsables y evitar culpabilizaciones o escándalos que afecten al desarrollo deportivo del país. Y reiteramos que -pase lo que pase- esto debe también poner a pensar a todos aquellos que creen que el fútbol es solo un gran negocio, una fuente de enriquecimiento y hasta una empresa para explotar a los jóvenes talentos. Si se sienta un precedente poderoso a nivel mundial, en nuestro país debe servir para revisar procesos y modos de organizar el fútbol. (O)