Los primeros indicios sobre el brutal atentado terrorista ocurrido el reciente fin de semana en San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, es que se trató de acciones perpetradas por grupos residuales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que el autor intelectual es un ecuatoriano disidente de ese movimiento. Esto último es una conjetura de la Fiscalía General de Colombia.

Nunca antes había ocurrido un atentado de similares características, con un coche-bomba repleto de explosivos que destruyó completamente un cuartel policial, que afectó a un centenar de viviendas y sembró una sensación de miedo en la población.

Cabe destacar la reacción inmediata y rápida de las autoridades ecuatorianas de todos los niveles que acudieron al lugar del atentado llevando un mensaje de paz y ayuda material a la gente cuyas viviendas fueron destruidas. La acción encontró a un país unido que, si bien antes no había sufrido ataques terroristas, conoce la historia, especialmente de los países vecinos que han vivido décadas bajo el terror de atentados y secuestros.

El presidente Lenín Moreno dispuso que equipos de los ministerios de Vivienda, Inclusión Económica y Social, Salud y Riesgos efectúen un trabajo integral para ayudar a los afectados material y emocionalmente. César Navas, ministro del Interior, dio a conocer que 1.000 efectivos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas están desplegados en el territorio.

El combate al terrorismo debe ser sin contemplaciones, tal como lo definió el Presidente durante su contacto semanal con la ciudadanía por radio y televisión: “Que quede claro, rechazamos todo acto de violencia y terrorismo, venga de donde venga. No nos amedrentarán jamás, aplicaremos todo el peso de la ley, perseguiremos a todos los delincuentes que estén tras estos actos”.

La solidaridad con San Lorenzo y Eloy Alfaro vino junto con el mensaje presidencial, también la promesa de nunca dejar solo a ese pueblo, para lo cual el Estado responderá sin miedo hasta derrotar al terrorismo. (O)