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A pocos días del inicio de las clases en la Costa, los padres de familia de San Lorenzo, y de otros cantones de la frontera noroccidental de Esmeraldas, piden a las autoridades garantías para que sus hijos puedan asistir a las escuelas sin el peligro de los ataques delincuenciales que comenzaron en enero.
La movilización policial y militar tiene precisamente la misión de recuperar la paz en la zona, una tarea nada fácil porque nunca antes se había intervenido para acabar con el narcotráfico y con toda la ilegalidad que proviene de Colombia. Las fuerzas militares y policiales han efectuado más de 300 operaciones de inteligencia que han desbaratado un negocio que pudo generar unos $ 600 millones a las bandas narcotraficantes.
La tarea no ha sido fácil desde el 27 de enero, cuando fue destruido el cuartel policial de San Lorenzo, mediante un coche bomba. En total, cuatro militares murieron, más de 30 resultaron heridos y tres trabajadores del diario El Comercio fueron secuestrados.
El denominado Mando Único de las Fuerzas Armadas y de la Policía informó el lunes que durante el reciente fin de semana se cumplieron importantes acciones para frenar al narcotráfico. Eso se traduce en el decomiso de 50 bidones de 180 kilos cada uno, que contenían precursores químicos, una de las materias primas para la elaboración de la cocaína.
El jefe de las operaciones militares en la frontera, John Merlo, informó que la incautación del material químico se logró gracias a un trabajo de inteligencia de la Policía Nacional. En la zona se aplica el estado de excepción y al otro lado de la frontera los sembradíos de hoja de coca están listos para la cosecha.
Ecuador reafirma su soberanía en ese territorio, el proceso de matrículas continúa y las autoridades permitirán el inicio de las clases apenas se establezcan las garantías de seguridad para todos los estudiantes. Después de reunirse ayer con los familiares de los periodistas secuestrados, el presidente de la República, Lenín Moreno, calificó de “extremadamente sensible” a la situación que se vive en la frontera. (O)