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Mientras todos los medios están concentrados en el caso Odebrecht o el regreso de un expresidente tras la prescripción de causas penales, un hecho histórico ocurría en el país.
El Estado inauguró tres hospitales en una sola jornada: en Pedernales, Riobamba y Cuenca. Es muy simbólico el primer lugar porque hace un año ese cantón fue epicentro del peor terremoto de los últimos 60 años; sin embargo, la noticia apenas aparece en los titulares. Ecuador se apresta a superar el abandono histórico de la salud, sumida en una infraestructura en ruinas y pacientes rogando por atención a médicos mal pagados.
El cambio de gobierno no significó la paralización de ninguna obra. La apertura de esos centros de salud hace dos días lo demuestra. Es otra prueba de que el andamiaje del Estado empieza a funcionar de manera autónoma. Es el legado de 10 años de esfuerzo, enfocado en la atención al ciudadano.
Sin importar las turbulencias económicas, la cobertura de los derechos primarios no debe cesar. (O)