El Telégrafo
Ecuador / Lunes, 25 de Agosto de 2025

El transporte urbano necesita nueva organización

Unidades repletas en las horas pico y vacías en las horas valle, conductores sin puntos en las licencias, irrespeto de paradas, exceso de velocidad en ciertos momentos y esperas injustificadas en otros, además de desorden, son algunos de los problemas que atraviesa el transporte público en nuestro país de manera general. En su mayoría, las operadoras de transporte funcionan mediante el esquema de cooperativas que agrupan a socios individuales, quienes aplican sin demasiada estrictez las condiciones establecidas en los contratos de operación otorgados, actualmente, por los gobiernos municipales.

Esta forma de organización data de los inicios del sistema de transportación urbana y se ha mantenido sin mayores cambios hasta la actualidad. Unas pocas cooperativas han dado un paso adelante y se han transformado en compañías integradas por inversores. Más allá del nombre, el cambio conlleva maneras distintas de integrarse y ejecutar el trabajo. De esta forma es posible, por ejemplo, que los socios-inversores adquieran implementos y repuestos al por mayor, disminuyendo los costos; pueden contratar, también, servicios de mantenimiento mecánico para todas las unidades, abaratándolos.

Pero no solo los transportistas pueden beneficiarse con el cambio de fórmula. Esto también puede redundar en favor de los usuarios. La naturaleza de las compañías propende a mejorar la organización interna y, también, la operación externa. Así, se puede establecer turnos de los conductores, que debe ser personal contratado formalmente, de manera que los horarios de servicio se cumplan estrictamente. Y en caso de necesidad, reemplazar al chofer e incluso el vehículo, si se requiere. Este tipo de situaciones redundarán en el mejoramiento del servicio, una demanda permanente de la ciudadanía. Hasta ahora, las promesas y métodos de los transportistas de mejorar la atención a los pasajeros han generado pocos o ningún resultado. Por ello, es necesario buscar nuevas fórmulas para su trabajo.

En Quito, el proyecto del Cabildo de convocar a capitalistas privados para que inviertan en el cambio de unidades a vehículos eléctricos es un ejemplo de ello. Es hora de pensar distinto. (O)