Las consecuencias que podría sufrir la economía latinoamericana, y en especial la de Ecuador, por la crisis financiera, comercial y cambiaria que afecta al primer mundo, aún son impredecibles, no así para los países de la zona euro, y sobre todo Estados Unidos, cuyos límites de endeudamiento han roto una parte de la ley de la gravedad.

Republicanos y demócratas, por ahora, siguen protegiendo el modelo mientras deje intactos sus beneficios. Ah... pero todo lo que sube cae, y mientras más alto inicia el descenso, el impacto suele ser de magnitudes incalculables. Los ministros de Economía del Mercosur, reunidos en Montevideo hace muy pocos días, analizaron la forma en que podría golpear el coletazo, y en las conclusiones había una pequeña referencia a  las mínimas consecuencias para la región.

Sin embargo, y a pesar del cauteloso optimismo, se fijaron la tarea de preservar las conquistas sociales de los últimos años y acelerar el proceso de integración, porque los esfuerzos “de a uno” son inútiles para enfrentar los vaivenes de la lógica del mercado capitalista. La propuesta es mucho más real y posible entre naciones que tienen metas comunes y orientaciones ideológicas afines sobre soberanía y manejo económico sin las ataduras del FMI, Banco Mundial y demás agencias de desarrollo.

América Latina tiene la experiencia de tropezar, caer y levantarse, de acuerdo a las instrucciones e intereses del imperio; ahora lo importante -si es que nos llega el fogonazo de la crisis- será demostrar “cómo lo hacemos” quienes solamente éramos una cifra de la pobreza estructural. Los ecuatorianos tenemos a la mano la pedagogía del desastre que nos dejaron banqueros y gobiernos corruptos cuando se hundió el submarino manejado por alguien que “sabía cómo hacerlo”, entre 1988 y 1989. La dolarización a veinticinco mil sucres por unidad fue consecuencia y castigo no merecido para salvar a un pequeño grupo de facinerosos que se farrearon nuestro presente y futuro. Por estas razones, el fantasma que hoy recorre el mundo nos asusta menos que antes.