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Si algo ofende a un ciudadano honesto es la impunidad. Es por eso que el retorno de un exfuncionario de alto nivel, como Carlos Pareja Yannuzzelli, para someterse a la justicia y cumplir su sentencia ha calado en la retina de los ecuatorianos.
El hecho removió la memoria de un país casi acostumbrado a que la corrupción de las altas esferas del poder se desvanezca entre recortes de prensa y el titubeo de los llamados a investigar y sancionar.
Con el regreso de uno de los prófugos más buscados se recuperó la esperanza de que otros que huyeron vuelvan para responder por los actos ilícitos cometidos o, de ser el caso, defenderse de esas acusaciones.
La corrupción pone a todos en alerta y todo recurso que aporte a la transparencia siempre será positivo. Por eso no sorprende que el presidente de la Asamblea Nacional, José Serrano, clave en la entrega del exfuncionario, haya tenido que notarizar su voluntad de no querer reemplazar al Vicepresidente. (O)