El Gobierno argentino no escatima ni una sola medida para sepultar las conquistas sociales alcanzadas en la región, entre ellas la de romper el monopolio mediático de la información. Ahora decidió que ya no integrará la sociedad propietaria de Telesur.

Es decir: la agencia y televisora multiestatal dejará de emitirse en la plataforma estatal Televisión Digital Abierta (que llega a más del 80% de los habitantes de Argentina), y también dejaría de ser inclusión obligatoria en la programación de todos los cableoperadores de ese país.

Con esta medida se hace todo lo contrario de lo que se dice: mientras se proclama la pluralidad de voces y la diversidad de opiniones se cancela una de ellas para garantizar al poder mediático argentino, el monopolio de la palabra y de la información. Telesur ha dado muchas muestras de un trabajo profesional, con absoluto compromiso con la verdad y sin comercialismo alguno, mucho menos al servicio de intereses corporativos.

Eso no les gusta a quienes por siempre hicieron de la comunicación su mayor negocio y el arma de dominación política e ideológica. Malos tiempos para la palabra y para la verdad que tanto hace falta en Argentina ahora. (O)