Cuando pasen los años y la mesura de la historia ceda a la pasión de la coyuntura, hasta la prensa privada y comercial asumirá que la nueva institucionalidad en comunicación solo garantiza mayor responsabilidad para servir mejor a las audiencias.
Por eso es importante contar con un Superintendente y que éste asuma su tarea apegado a la Constitución, a la Ley Orgánica de Comunicación y al resto de las normativas del tema. Con su trabajo, además, la ciudadanía será la única beneficiada en tiempos donde todo pasa por los medios y éstos también definen la agenda política, para bien y para mal.
De ahí que será necesario además asumir una vigilancia interpuesta: la ciudadanía observando la tarea de Carlos Ochoa y él sirviendo a las audiencias con su mejor capacidad.