Publicidad
Una candidata a la presidencia de la República ha dicho de todo a este diario y no escatima adjetivos de muy mala calidad. Lo mismo hace un asambleísta prevalido de su inmunidad y ahora también un entrevistador (exdiputado) en una radio pública del Municipio de Quito. Todo ello sin descontar la cascada de insultos que recibimos a diario por ser un medio público y por contar con una conducta profesional ante la realidad y a los procesos políticos.
Esas tres personas reciben sueldos del Estado, se les paga por ejercer un cargo público y parecería que sobre ellos no existe una obligación ética, moral y legal. No basta con exigir respeto, sobre todo hay que tenerlo para todos, en todas las circunstancias. Todo lo contrario es hipocresía, falsa moral o doble estándar ético.
Si la campaña que se avecina será en ese tono desde ya les adelantamos como diario público que no haremos nada para que esa sea la razón de nuestra ocupación periodística. Si los insultos y las injurias serán la plataforma de campaña no serán estas páginas su registro. Al contrario, hay que dignificar la política y para eso estamos prestos. (O)