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Así se expresa una “reconocida” periodista sobre el incumplimiento de obligaciones constitucionales, legales y laborales de algunos medios de comunicación. Para ella, como para otros -incluidos ciertos gremios de periodistas-, haber fijado un sueldo digno para los trabajadores de la comunicación constituye casi una afrenta.
Claro, sintonizados con los empresarios de la prensa, esos “paladines” de la libertad de expresión se olvidan de que las leyes son para acatarlas, los derechos para ejercerlos y las libertades para hacer uso de ellas con la mayor responsabilidad. A la vez, el incremento del sueldo “reveló” que hay medios donde no se paga ni el básico general y, en otros casos, hay remuneraciones ínfimas que se compensan con productos alimenticios, comisiones de publicidad y otros “enseres” más.
Y frente a ello la respuesta de la UNP y de la “reconocida” periodista es que, si no les gusta cómo les tratan ni cómo cumplen sus obligaciones legales los medios de comunicación, se busquen otros nomás. Así de pedestre y perverso es el espíritu de defensa de sus colegas. Habría que preguntar cómo se sostienen y consolidan las libertades si no es con la vigencia de los derechos, entre ellos los laborales y económicos. Nadie podría pensar que ganando como ahora ocurre con los periodistas alguien puede poner por delante y como prioridad absoluta la libertad de expresión.
Y en ese mismo sentido, ¿han tenido esos periodistas la libertad de expresión para quejarse, reclamar y demandar mejores condiciones salariales en sus propios medios de comunicación? ¿No es la prensa privada y comercial la que más levanta la bandera de la libertad y se arroga su padrinazgo? ¿Y cuando se trata de la libertad de expresión de sus periodistas? ¿Publicarán estos medios páginas y noticieros enteros sobre los recortes y pérdida de derechos de los periodistas bajo el pretexto de que no pueden pagar esos sueldos?