Alguna razón de peso había para que, desde enero pasado, la frontera norte se mostrara tan vulnerable a los ataques sucesivos de grupos vinculados al narcotráfico. El resultado: instalaciones policiales destruidas con explosivos y asaltos a tiro de fusil; y el secuestro de dos periodistas y un chofer del diario El Comercio.
En la frontera se había instalado un aparato paramilitar que actuaba con facilidad en nuestro territorio. El presidente Lenín Moreno describió en pocas palabras lo que ocurre en la frontera colombo-ecuatoriana que, el 27 de enero, sufrió el primer ataque mediante un coche bomba cargado de explosivos que destruyó el cuartel policial de San Lorenzo, con un saldo de 28 heridos.
Había, según el Mandatario, permisividad y un desmantelamiento de la Policía y de las Fuerzas Armadas. “Esa permisividad extrema es la que ha permitido que esto ocurra”, dijo en relación con la toma de tres rehenes por parte de grupos dispersos de la guerrilla colombiana, que no se sujetaron a los procesos de paz en el país vecino. Cuando se descuida la vigilancia de la frontera, aparece el narcotráfico para hacer lo que le da la gana, a criterio del Jefe de Estado que, el miércoles, creó un Comité de Seguridad Fronterizo que quedó integrado por las más altas autoridades nacionales.
El conflicto ya había escalado el 20 de marzo cuando tres efectivos militares murieron mientras intentaban desmantelar una bomba de fabricación casera, pero de un alto poder explosivo. Las zonas más vulnerables hasta ahora han sido Borbón, El Pan y Mataje, en la provincia de Esmeraldas, limítrofe con Colombia. Los grupos armados ilegales operan en esa zona y han reaccionado con violencia a las acciones policiales y militares que habían derivado en la incautación de drogas y precursores químicos. “Pero más contundente va a ser nuestra respuesta”, afirmó consternado Moreno, después de lamentar el secuestro de los trabajadores del diario capitalino. Compra de helicópteros que se caían, de radares que no funcionan y de aviones viejos, cuya reparación cuesta más que haberlos comprado nuevos... Por ahí comenzó todo. (O)
