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La economía se rige básicamente por resultados que se consiguen principalmente por la toma de decisiones, para lo cual no solo se requiere de conocimientos, sino de acciones, como le ha tocado asumir al actual Gobierno Nacional desde que llegó al poder y se encontró con un enorme déficit fiscal que, tarde o temprano, había que abordar inteligentemente para tratar de equipararlo.
De enero a julio de este año el déficit se redujo en $ 1.500 millones, al pasar de $ -2.285 millones a $ -788 millones, lo que equivale a una reducción del 66% en comparación con igual período de 2017.
Richard Martínez, ministro de Economía y Finanzas, habló con este Diario sobre los escenarios de la economía actual con la Ley de Fomento Productivo que entró en vigencia la semana pasada, porque permitirá, a su criterio, alcanzar estabilidad y crecimiento económico.
Esa ley el Ministro la ve como una posibilidad de “oxigenación” de la economía para que los emprendedores alivien sus cargas de deuda y proyecten nuevas ideas. A su criterio, la ley beneficiará a los ciudadanos porque “les permite limpiar el historial crediticio, así como la remisión de deudas por becas estudiantiles a nuestros jóvenes y deudores del Banco Nacional de Fomento en liquidación”.
La nueva ley ha generado un ambiente de confianza. Entre enero y junio de este año se aprobaron 22 contratos de inversión por $874 millones; es bueno e insuficiente, sostiene Martínez. El Ministerio de Comercio Exterior tiene un catálogo de más de 100 empresas dispuestas a invertir un poco más de $ 9.000 millones en los próximos cuatro años en los sectores de alimentos, bebidas, turismo, etc.
El tema delicado de la entrevista fue el de los subsidios. ¿Está el país preparado para abordar el impacto de levantar o mantener los subsidios? Martínez habla de una conversación razonable, respetuosa y sin apasionamientos. Hay subsidios eficientes, como los Bonos de Desarrollo Humano.
Hay otros al gas, al diésel y a vehículos de alta gama; lo lógico sería que esos recursos se destinen a salud, educación y a combatir la pobreza. (O)