Lo ocurrido con el Barcelona Sporting Club es muy ilustrativo: los jugadores, prensa y directivos hablan mucho de los pases y pagos a futbolistas “caros”, pero muy poco se preocupan de las responsabilidades patronales de la entidad con sus empleados y trabajadores.
Lo mismo se podría decir de otras empresas que hacen alarde de prestigio y popularidad, sin cumplir con la primera responsabilidad de toda institución: estar al día con sus trabajadores, sobre todo con el seguro social, porque desde ahí se entiende que sean actores sociales para contribuir al desarrollo de los ciudadanos.
Bien hace el IESS en cobrar esas deudas. Ya era hora. Las medidas adoptadas dejan una clara moraleja: no hay privilegios -por más populares que sean- para incumplir responsabilidades públicas.