Sandra Naranjo está a cargo de la Vicepresidencia de la República, por decisión política del presidente Correa, mientras Jorge Glas, como binomio de Lenín Moreno, participa en el proceso electoral en marcha.

Este nombramiento, que se extenderá hasta el 20 de febrero, ocurre en un contexto sensible: el Poder Ejecutivo enfrenta la recta final del Gobierno que entregará el poder el 24 de mayo, en medio de un proceso electoral que la oposición aprovecha para criticar y descalificar lo que suene a ‘oficial’.

Naranjo Bautista es mujer, es joven, es  profesional. Estos tres componentes, al margen de las críticas o alabanzas que pudieran generar su nombre y su imagen personal, son signos de los nuevos tiempos que vive el país.

Son los tiempos del relevo generacional, en efecto, que tantas discusiones genera en los cerrados espacios de poder, en los grandes cenáculos académicos, en los entornos sociales, y hasta en los espacios familiares. Ecuador tiene una Vicepresidenta de 31 años: algo importante ha ocurrido aquí. (O)