Como todos sabemos, el espacio aéreo forma parte de la soberanía de cada país, así como el suelo y el mar. En todo el mundo es el Estado el encargado de regular quién entra y quién sale a través de la autoridad aeronáutica pertinente. El Gobierno Nacional, mediante un decreto ejecutivo, adoptó una modalidad conocida mundialmente como de “cielos abiertos”. Esto le permitirá, en función de sus intereses, flexibilizar la tramitología para que nuevas aerolíneas arriben a Ecuador y, al mismo tiempo, ampliar los permisos para que un mayor número de aerolíneas comerciales operen y, de esa forma, abrir la oferta al ingreso de más turistas extranjeros.

Entre las características de esta modalidad figura la participación, sin imposiciones ni restricciones en los vuelos internacionales o en el número de aerolíneas que firmen el convenio. Esto podría generar una mayor competencia en las tarifas, lo que equivale a que se reduzca el precio de los pasajes, dependiendo de la oferta y de la demanda. El decreto ejecutivo destaca la decisión de adoptar como política pública nacional “la plena liberalización del transporte aéreo”, con excepción de los de cabotaje, es decir, los vuelos que se realizan entre un punto y otro del mismo país. Ecuador requiere de una política de apertura y de acuerdos bilaterales más flexibles. Mediante este decreto se garantiza la libre y sana competencia, se previenen las prácticas desleales. Las autoridades esperan subir el número de turistas y atraer nuevas inversiones extranjeras.

El Gobierno y el Ministerio de Turismo han definido al sector turístico como una política de Estado prioritaria. Actualmente ubicado en el tercer puesto, las autoridades tienen la visión de posicionar al turismo como una de las principales fuentes de ingresos no petroleros. Las estrategias se resumen en el posicionamiento del turismo interno, el aumento del arribo de turistas extranjeros con la meta del “uno por uno”, es decir, un turista por cada número de habitantes. (O)