Camino a la medianoche del 9 de diciembre, la Asamblea Nacional aprobó con el voto de 83 legisladores la Ley de Simplicidad y Progresividad Tributaria enviada por el Ejecutivo.
La normativa contempla beneficios impositivos en favor de diversos sectores y grava con impuestos a estratos de altos ingresos, bajo la premisa de que quienes más tienen sean quienes más paguen.
Entre estos últimos, por ejemplo, las empresas que en 2018 facturaron igual o más de $ 1 millón pagarán una contribución especial en los próximos tres años. Asimismo, quienes perciban ingresos mayores a $ 100.000 no podrán deducir sus gastos personales. Lo podrán hacer únicamente quienes tengan casos de enfermedades catastróficas, huérfanas o raras.
En la otra cara de la medalla, dejarán de pagar IVA: flores, tractores de hasta 300 caballos de fuerza, tiras reactivas para medición de glucosa, bombas de insulina, marcapasos y servicios de suministro de dominios de páginas web, servidores (hosting) y computación en la nube (cloud computing).
Los asambleístas también apoyaron que productos tales como camiones, vehículos eléctricos, vehículos públicos para atender a sectores rurales y comunitarios, fundas plásticas de uso industrial, agrícola, de exportación, para productos congelados y empaques primarios estén exentos del pago del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE).
También recibió apoyo la remisión del 100% del interés y recargos generados por las obligaciones de crédito educativo y la remisión de capital, intereses y multas correspondientes al copago para los afectados del terremoto del 16 de abril de 2016.
La propuesta del Gobierno apuntó, en resumen, a elevar el nivel de justicia social en Ecuador, reduciendo -a su vez- la carga impositiva para bienes y servicios relacionados con la salud, la educación y la productividad. Una apuesta por el desarrollo del país. (O)