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Editorial
¿Primero las candidaturas y después los programas y las tesis?
21 de febrero de 2016Ya estamos en el arranque de la campaña electoral. Hay candidatos autoproclamados y otros sugeridos desde ciertos grupos. En ese juego, ellos evidencian las fisuras de la dinámica política y al mismo tiempo revelan que después de un proceso político de casi diez años no han entendido que, para desarrollar la igualdad social, administrar la vida económica y proponer acciones que afiancen el bienestar común, las definiciones no pasan solo por contar con candidatos o supuestos estadistas sin ninguna experiencia en la administración pública.
Dadas las circunstancias del mundo -en medio de una crisis económica generada desde la hegemonía de una potencia con claros fines políticos- lo que más importa es qué proponen los candidatos y las organizaciones que los respaldan y/o promueven. Sabiendo que sus intenciones son retornar a las viejas fórmulas, sería propicio que esos grupos y líderes le dijeran a la sociedad cómo van a sostener la demanda social creada desde las políticas públicas que han garantizado educación, salud y servicios básicos gratuitos, tomando en cuenta que somos un país con una economía dolarizada cuya subsistencia requiere de la moneda estadounidense todos los días y, por consiguiente, exportar y exportar mucho. Para alimentar el debate público estaría bien dejar de lado el terreno de las disputas, y que las organizaciones políticas presenten a seguidores y opositores sus tesis y programas. (O)