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Lo hacen desde hace diez años. En la Constituyente fue un recurso perverso que nunca pudieron justificar. Y en las elecciones de 2013 usaron el mismo argumento, como ahora: al cierre de la campaña. La diferencia es que hoy usan vallas gigantes, miles de mensajes en las redes sociales, ‘analistas’ y periodistas con admoniciones y sentencias locas, sin descontar las mentiras y cifras falseadas.
Pero ahora añaden algo ‘novedoso’: dicen que Ecuador no ha llegado a ser como Venezuela gracias a la dolarización y con ello ‘explican’ lo inexplicable. El uso de esta arma proselitista no solo que se agota y cansa, sino que revela que, más allá de estos perversos pronósticos, no tienen más que ofrecer. La dolarización está y es casi imposible salir de ella.
Lo que sí podría ocurrir es que la desestabilización política y económica causada por ellos (como sucedió con el feriado bancario y que nos llevó a la dolarización) afecte al sistema. No se trata de ser alarmistas ni mentirosos por conveniencia: aquí hay una matriz política e ideológica muy identificada que no cesa de falsear la realidad. (O)