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La respuesta automática podría ser: porque es una empresa estadounidense. Pero una reflexión lógica podría aventurar: si era una empresa ecuatoriana la causante de la contaminación, ¿el Gobierno de EE.UU. (que defiende causas por todo el planeta, aunque no se vea afectado un solo interés suyo) podría también haber criticado y hasta apoyado a las comunidades afectadas?
Por lo visto en el informe publicado en este diario en su edición de ayer y lo que complementa en la de hoy, hay un papel preponderante de EE.UU. en la disputa legal sobre un hecho juzgado y sentenciado.
Y ese involucramiento incluye el manejo al más alto nivel de un acercamiento para “torcer” la actitud soberana del actual Gobierno. ¿A eso cómo le vamos a llamar los ecuatorianos?