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Las declaraciones del legislador Cléver Jiménez sobre el 30-S siguen marcando una absurda idea, quizá por el afán opositor de protagonismo y no necesariamente de esclarecer la verdad.
¿Con lo que hace busca inmolarse en un afán victimizador? ¿Por qué sostiene la tesis de delitos de lesa humanidad? Y la prensa que le abre espacio, ¿hasta dónde es consciente de la gravedad de sus afirmaciones, cuando hay procesos en marcha y testimonios por demás decidores de lo ocurrido? Si hay dudas o sospechas, ¿no es mejor y hasta más político resolverlas y absolverlas desde las evidencias, y no como posturas políticas claramente exhibicionistas?
No hace falta meter a las FF.AA. en este tema del modo que lo hace Jiménez, y por eso hace falta una mayor responsabilidad política.