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Hasta ayer existían 111 personas contagiadas con coronavirus en el país, según información oficial; 95 de ellas se mantenían estables en aislamiento domiciliario, nueve estaban hospitalizados en condición estable y cinco con pronóstico reservado. A ello se suman los dos fallecimientos registrados.
La provincia del Guayas reporta la mayoría de casos con 81 distribuidos así: 61 en Guayaquil; cuatro en Daule; cuatro en Durán; uno en El Empalme; uno en Milagro; y 10 en Samborondón. En Manabí se registraba un caso; en Pichincha ocho; uno en Sucumbíos; 10 en Los Ríos; uno en Morona Santiago; cinco en la provincia del Azuay.
El aumento de los casos era previsible, pues las epidemias cumplen, básicamente, un ciclo que incluye inicio, crecimiento, pico y declinación, según ha dicho la representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Ecuador. En esas circunstancias, el Gobierno Nacional ha adoptado medidas cuya severidad se ha incrementado de acuerdo con la situación.
Algunas voces apuntan a que las disposiciones gubernamentales demoraron; entre ellas, una mayor restricción de movilización y el establecimiento del toque de queda en las calles del país, que rige desde la noche de ayer en horario nocturno. No obstante, el Ejecutivo ha preferido la cautela, con el objeto de no afectar de manera innecesaria la cotidianidad de las personas y, sobre todo, al sector productivo, más allá de los efectos que son inevitables por la ya declarada pandemia mundial.
Sin embargo, a partir de hoy, las restricciones de movilidad tanto hacia el exterior como dentro del territorio nacional aumentan. La obligatoriedad de permanecer en casa y limitar las salidas es incómoda. Pero como han comprobado las experiencias de otros países, que las personas permanezcan en sus hogares, en ambientes controlados y sin exposición, es la única manera de contener la pandemia. Así que todos ¡a quedarnos en casa! (O)