La península de Yucatán, en México, debe su nombre a una expresión de los mayas que los españoles la interpretaron a su antojo y la denominaron con ese nombre. En esa península está la famosa Riviera Maya, que es una extensión de 130 kilómetros de playas donde se instalaron las más importantes cadenas hoteleras que, con su inversión, contribuyeron en la construcción de México como una potencia turística mundial. Monumentos mayas bien conservados, paisajes asombrosos, mucho sol y una gastronomía única sumaron para consolidar a México en materia turística.

 Nuestro país tiene playas, cultura, gastronomía y todo lo que demanda un visitante extranjero y por eso es importante concretar iniciativas factibles para que se convierta en realidad la propuesta del 1 por 1, es decir, un turista por cada habitante. La más reciente propuesta fue anunciada el viernes por el presidente de la República, Lenín Moreno, y por el ministro de Turismo, Enrique Ponce de León. La primera tiene un parecido con la mexicana, pues se trata de la creación de una Riviera del Pacífico, que involucra a tres provincias de la costa: Santa Elena, Manabí y Esmeraldas. La primera fase será entre Puerto López y Bahía de Caráquez, la segunda entre San Vicente y Pedernales, la tercera de Muisne a Esmeraldas y la última de Manglaralto  a Salinas.

 Ecuador, considerado como el país más megadiverso del mundo, también está en condiciones de desarrollar la iniciativa Pueblos Mágicos, con la idea de promocionar localidades y pueblos con atributos simbólicos. Otra de las ventajas del país es que todo está cerca y en un solo día se puede ir de las montañas andinas al trópico o a la selva amazónica. Si Ecuador cumpliera la meta del 1 por 1 aquello significaría que tendría ingresos de entre $ 20 mil millones y $ 25 mil millones, casi el doble de lo que genera la industria petrolera. Para que el turismo sea exitoso, aparte de las inversiones que son muy necesarias, se requiere de iniciativas que ofrezcan un servicio de calidad y también de hospitalidad con los visitantes extranjeros. (O)