Los presidentes o jefes de Estado de Francia, España, Italia y Portugal han cometido un grave error histórico: someterse al aparato de espionaje de otra nación, Estado o estructura de inteligencia internacional.

Con ello, además, han violentado su soberanía y han ofendido a sus propios ciudadanos. Todo con el afán de no “fastidiar” al poder omnímodo de la gran hegemonía militar del planeta (porque económica ya no lo es, y menos aún política).

Y con ello desconocen una nueva realidad que de algún modo explica la nueva era: América Latina ya no es el patio trasero de nadie y esos países europeos se han colocado en ese lugar del modo más vergonzoso.

La nueva realidad: América Latina ya no es el patio trasero de nadie y algunos países europeos se han colocado en ese lugar del modo más vergonzosoEn esa nueva realidad desconocen que los países de esta región son una expresión absoluta de la paz, por más conflictos internos que vivan (que, de paso, también son consecuencia de ese perverso rezago del colonialismo y del maligno negocio de las armas). Y también es una región que sufre pobreza por la explotación inmisericorde que vivió 500 años para que esas naciones (Francia, España, Italia y Portugal) se enriquecieran con nuestros recursos naturales.

Por lo mismo, nuestra mayor preocupación no es invadir otras naciones o continentes, establecer bases militares o centros clandestinos de tortura o espionaje. Queremos salir de la pobreza que esas naciones también ayudaron a crear, necesitamos construir nuestros propios paradigmas, deseamos el Buen Vivir con otra visión de desarrollo, buscamos una economía con mercado y no sometida a las leyes de las corporaciones supranacionales del mercado.

De ahí que lo ocurrido con Evo Morales, presidente legítimo de Bolivia y signo de dignidad de nuestro continente, solo revela  ese sistema decadente (de valores y acciones) que no entiende los cambios de fondo de la nueva era.