Siria y México han sido considerados como los países donde más periodistas mueren por diversas causas en el ejercicio de la profesión, que se resume en conseguir la verdad, reportear, investigar, preguntar, etc. El primer país mencionado vive una guerra civil desde 2014 que arroja una cifra de muertos cercana al medio millón de personas; en tanto que México lleva mucho más tiempo de convivir con los grandes carteles del narcotráfico mundial y por eso, en los dos casos, los periodistas son los más vulnerables.

Colombia, con más de 60 años de guerrilla, también ha sido tierra fértil para el crimen de civiles y de periodistas. La prensa de ese país se ha manejado bajo códigos que para nosotros no son comunes, como por ejemplo la publicación de imágenes crueles, cuya divulgación tiene que ver con la rapidez y la inmediatez. ¿Y el respeto a la familia de las víctimas, en qué plano queda?

A través de redes sociales y del sistema de chat conocido como WhatsApp han desfilado con insistencia imágenes y noticias falsas sin el mínimo apego a la ética desde que estalló el conflicto en la frontera norte -el 27 de enero pasado- y que derivó en la muerte de cuatro militares y tres periodistas.

No estábamos acostumbrados al asesinato de periodistas, por eso la reacción de la sociedad es de indignación; siempre fuimos un país de paz, pero había una frontera abandonada. Desde el poder ya se señalaron los plazos para capturar al cabecilla de la banda delincuencial.

Mientras las fuerzas militares y policiales desempeñan su trabajo, la prensa cumple con el suyo: informar y verificar, citar todas las fuentes, ya sean oficiales o de familiares, pero procurando siempre hallar la verdad. Una bloguera propuso eliminar la información que no tenga origen confiable y sugiere el uso de etiquetas (hashtags) en las redes sociales, como por ejemplo, #NoConfundasVerificaLaFuente, #InformaConResponsabilidad, #EvitaPropagarInformaciónFalsa. Contrastar una noticia es también contribuir a restablecer el clima de paz que la sociedad necesita para producir. (O)