María Fernanda Espinosa se convirtió el 18 de septiembre en la primera mujer latinoamericana en presidir la Asamblea General de Naciones Unidas. Es también la cuarta mujer en la historia que ocupa ese lugar. Para la ONU es un hecho histórico pero para algunos ecuatorianos es un acto que genera rechazo.

En los papeles, la excanciller ecuatoriana tenía credenciales más robustas que la hondureña María Elizabeth Flores, que había sido vicepresidenta del congreso y era, al momento de la elección, la embajadora de su país ante la ONU. Cuando presentaron sus propuestas a los países votantes, Flores se concentró en los derechos de las mujeres y los niños, los retos en la comunicación y la valía de los migrantes. Espinosa estuvo más en sintonía con la agenda de Naciones Unidas y ofreció trabajar en la implementación de los acuerdos para que el mundo pase de los papeles firmados a las acciones.

La manera en que manejó su campaña y la violación de los acuerdos con Honduras destiñen su arribo al cargo. Pero ciertamente hay mucha expectativa en Nueva York y Ginebra y es muy posible que Espinosa se lleve los aplausos cuando deje el cargo en 12 meses. Se equivocan quienes creen que la ONU tiene un presidente y que es María Fernanda Espinosa. Se equivocan también quienes repiten que desde allí pavimentará un camino de impunidad para exfuncionarios investigados o sindicados. La verdad es que su trabajo no tiene injerencia en la manera como se lleva la justicia en Ecuador. La Asamblea General es el órgano principal de deliberación, legislación y representación en la ONU. Es una suerte de cuerpo legislativo y Espinosa es la persona que dirige las sesiones y debates. El nivel de los diplomáticos es alto y conocen el protocolo operativo. Las sesiones regulares van de septiembre a diciembre. Espinosa estará conduciendo un Mercedes Benz último modelo, sin mayor tráfico, en una autopista con gran clima.

¿Es más poderosa que el secretario general António Guterres? Sí y no. La Asamblea General elige a los secretarios generales pero únicamente han habido nueve desde 1945 y Guterres fue elegido hace un año y medio. En cambio, los presidentes de la UNGA están en funciones solo un año. El secretario general es el rostro visible de la ONU y, además de participar en la Asamblea General y en los Consejos de Seguridad y el Económico y Social, es el principal administrador del organismo. Espinosa está de paso y buscará dejar huella. Si eso sucede, Ecuador debería hacer una pausa y sentirse orgulloso. (O)