La equidad de género implica que las necesidades, preferencias e intereses de las mujeres y hombres, en todos los ámbitos de la vida, sean tomados en cuenta por igual. Este es un concepto integrado por múltiples factores; de ahí surge la posibilidad de utilizar el deporte como herramienta para combatir los rezagos y las dificultades que la inequidad genera para el desarrollo de las naciones.  

En Ecuador, por ejemplo, las mujeres ganan cada vez más protagonismo en el ámbito deportivo. De las 31 medallas que se colgó la delegación nacional en los Juegos Panamericanos Lima 2019, 14 fueron obtenidas por mujeres. Dos de las 10 medallas de oro que ganó el país en ese evento fueron conseguidas por ellas.

De los 299 deportistas que conforman actualmente el Plan de Alto Rendimiento que financia el Estado a través de la Secretaría del Deporte, 127 son mujeres. Esas cifran incluyen a las atletas que compiten tanto en el deporte convencional como en el adaptado. 

Y hay más: tres mujeres tienen asegurada su participación en los Juegos Olímpicos Tokio 2020: Marcela Cuaspud en pentatlón moderno, Marina Pérez y Diana Durango en tiro deportivo. Con cinco representantes, las mujeres son mayoría en el equipo nacional de lucha libre y grecorromana que compite este fin de semana en el Campeonato Panamericano en Ottawa (Canadá).

Los Juegos de la Juventud, celebrados en octubre de 2018 en Buenos Aires, fueron la primera cita olímpica estrictamente paritaria: participaron 4.012 deportistas repartidos de forma igualitaria entre hombres y mujeres.

Mónica Amboya abrió el año pasado el camino para mujeres árbitras ecuatorianas cuando fue designada como asistente de línea en el partido Guayaquil City vs. Emelec por la LigaPro. 

Hasta el año pasado, 10 mujeres estaban estaban al mando en el deporte del continente desde distintos departamentos gubernamentales, incluida en esa lista la secretaria del Deporte de Ecuador, Andrea Sotomayor.           

Pese a estos hechos, todavía se excluye a buena parte de la población femenina de la actividad deportiva; se descuida al deporte como un espacio de convivencia colectiva e integración social. (O)