Ya casi en la parte final de su gira que lo llevó a Inglaterra y Escocia, en España el Presidente de la República dictó la conferencia “Saliendo del abismo” a un auditorio de alrededor de 300 personas, entre empresarios, inversionistas, periodistas, representantes de la comunidad ecuatoriana residente en ese país ibérico.
¿Qué es lo primero que ve un potencial inversor para colocar su capital a producir en otro país? Seguridad jurídica, reglas claras, incentivos tributarios. Para lograr eso lo primero era ordenar las finanzas, aclarar las cuentas, los contratos, las deudas, por ejemplo, como las que existían con los jubilados del Seguro Social y que ahora se pagan dentro de un cronograma de acuerdo con las posibilidades de la caja fiscal.
En materia política, el país estaba dividido, existía persecución, había revancha. Sin embargo, un buen gobierno debe ser ejemplo y testimonio de “decencia, honestidad y transparencia”. Esa es una de las grandes diferencias con el gobierno anterior que el Presidente dejó muy claro en esa conferencia. Había un país confrontado socialmente, dijo, pero después de un año la familia y quienes se distanciaron por razones políticas se han vuelto a encontrar.
Otra de las grandes diferencias que comentó en su exposición es que hoy en Ecuador es posible pensar diferente y sobre todo expresarlo abiertamente. “Aprendimos que la corrupción está de fiesta cuando no hay libertad de expresión” y hay que enfrentarla de manera contundente.
Una de las acciones inmediatas anunciadas en España es la convocatoria a un Pacto Nacional Anticorrupción con la certeza de que la independencia y la autonomía de las funciones del Estado garantizan el control entre poderes y por lo tanto cierran el camino de la corrupción.
El discurso estuvo a tono con lo que Moreno planteaba en los primeros meses de su gestión, que guarda relación con la libertad de expresión, porque cuando esta no existe “la corrupción está de fiesta”. Y habló de una “cirugía mayor” a una corrupción que había avanzado demasiado. (O)