Si algo está cambiando en el mundo, el mejor reflejo está en lo que ocurre en América Latina. Y la “foto” que ayer se hizo en Uruguay es el mayor estímulo para seguir por esa vía en el proceso, verdadero y profundo, de integración sin tutelajes y sin visiones unipolares, mucho menos hegemónicas de nadie.
No se puede decir que sea un camino sembrado de rosas, al contrario, hay muchas trabas y hasta escollos por superar, pero por ahora vivimos ese clima de búsquedas y encuentros para consolidar el germen de esto que ha sido un sueño colectivo.
Por lo mismo, como nación y como sociedad, debemos estimular y apoyar este proceso, aportando las mejores ideas, por encima de los característicos prejuicios ideológicos de quienes se oponen a toda integración sin tutelajes.