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¿Le temen o se burlan de la justicia? Cuando un sujeto debe ser investigado porque existe la presunción de que es responsable de lo que se le acusa, lo lógico es que enfrente la acusación, que se defienda con todas las herramientas que la ley le permite. Si es inocente no tendría por qué temer, tampoco salir corriendo.
Al contrario, si el mismo sujeto es culpable y no tiene argumentos sólidos para defenderse, lo más probable es que huya y recurra a la argucia de una delirante persecución política. En un Estado de derecho funcionan las instituciones, las diversas instancias de defensa, de apelaciones y de recursos jurídicos. Entonces, ¿le temen o se burlan de la justicia? Tal vez las dos cosas, y quizá por eso es que es tan importante que todas las funciones asuman sus tareas y sus responsabilidades.
El Presidente de la República habló la noche del miércoles en cadena de radio y televisión para advertir al país que no habrá tregua hasta lograr la extradición de los culpables o sospechosos que han huido para evitar enfrentar a la justicia, tras los claros indicios de corrupción y peculado. El país está indignado, lo sabe el Presidente y también las autoridades; se sabe que algunos responsables de dar seguimiento a los sospechosos de peculado no cumplieron bien su trabajo y deben asumir sus responsabilidades.
Se conoce también que en el país que dirigieron de manera autoritaria durante una década se cometieron delitos de sobreprecio en la obra pública, en las hidroeléctricas, en las telecomunicaciones, en la educación, etc. “Nos ha golpeado la mafia, pero eso nos fortalece. No pueden quedar impunes los corruptos, los que estafaron, los que violaron derechos”, manifestó un Presidente de la República acongojado, pero firme en su propósito de unir a todos los ecuatorianos y a los poderes del Estado para combatir la corrupción, que no es fácil, por la forma como todo se encubrió durante tantos años sin jueces imparciales, sin un contralor que audite y sin una Asamblea Nacional que cumpla su función política y fiscalizadora. (O)